Francisco Quiroz: afortunado campeón mundial, pero la muerte trágica lo sorprendió

Francisco Quiroz: afortunado campeón mundial, pero la muerte trágica lo sorprendió

POR CARLOS NINA GóMEZ
Diecinueve (19) de mayo, 1984…¡otra fecha positiva para el boxeo profesional de Reública Dominicana. La noche de ese día, en la petrolera ciudad de Maracaibo, (Venezuela), otro púgil dominicano logra capturar una corona mundial en el boxeo de paga.

Francisco Quiroz, un peleador de limitada capacidad -él nunca fue un derroche de buena técnica y eficiencia en el sentido general de los fundamentos del boxeo -, sorprendió al mundo al conquistar el cinturón minimosca (108 libras) que contó con el aval de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

Este organismo, que presidía -y todavía preside- el venezolano Gilberto Mendoza, no puso ningún «pero» para aceptar el pedimento del promotor Rafito Cedeño para que su cliente (Francisco Quiroz) le disputara la faja minimosca al mexicano Guadalupe «Lupe»Madera.

Cedeño, paisano de Mendoza, hizo los arreglos de lugar para cristalizar el proyecto del quisqueyano…y el sueño del aguerrido promotor y manejador de boxeadores se hizo realidad: Su pupilo no lo defraudó y en nueve rounds logró la conquista.

De esa manera, Quiroz reeditó la historia, escrita el 1 de julio de 1976, de Juan Guzmán quien fue el primer gladiador dominicano en ganar una faja mundial de las 108 libras.

Y, además, Guzmán le siguió los pasos al inmortal Carlos «Teo» Cruz quien tiene el privilegio de haber sido el primer criollo en ganar una diadema universal al capturarla el 29 de junio de 1968 en combate montado en el Estadio Quisqueya. Fue su víctima el puertorriqueño Carlos Ortiz.

Francisco Quiroz supo aprovechar el «chance» que le presentó el escenario de Venezuela, país que en quel momento era una de las naciones de más importancia en el boxeo internacional.

Rafito Cedeño, quien era especie del «paralelo» del empresario puertorriqueño José -Pepito- Cordero, otro protector de peleadores dominicanos, venció todos los obstáculos hasta llevar al quisqueyano a enfrentarse, con aires triunfalistas, a Lupe Madera quien era el «claro» favorito en el pleito por el cetro minimosca amebeísta.

ANTES DE LA GLORIA

Francisco Quiroz nunca se caracterizó, ni en sus inicios y mucho menos cuando ya era un veterano, por ser un boxeador de reconida calidad, según la opinión de los más connotados expertos.

O por lo menos, no debe ser parangonado con sus paisanos monarcas que sí, antes de combatir por coronas mundiales, enseñaron eficiencia y dejaron ver que ciertamente tenían condiciones para ser considerados como futuros titulares universales sin importar los rivales que tuvieran que enfrentar.

El registro profesional de Quiroz retrata, claramente, que no fue un peleador de primera fila: 11 combates ganados y 13 fracasos con un empate. De sus triunfos seis fueron por la v1a del sueño.

La carrera de este gladiador criollo, nacido en la capital (en el populoso sector de Herrera), hace recordar al estelarísimo púgil colombo-venezolano Antonio Cervantes (Kid Pambelé).

Kid Pambelé, calificado por este redactor como el mejor peso welter junior de todos los tiempos (en mi libro «Los Diez Mejores en la Historia del Boxeo», ocupa el primer puesto entre todos los púgiles brillantes de las 140 libras, no fue un estelar en sus inicios.

En sus diez primeras peleas profesionales sufrió seis derrotas al hilo lo que motivó a que analistas lo consideraran, adelantándose a su historial, como un boxeador «sin ninguna perspectiva de éxito».

Sin embargo, Kid Pambelé, en el discurrir del tiempo, echó por el piso aquellos destemplados pronósticos…¡y brilló con luz propia en el firmamento del boxeo mundial!.

No tanto así ocurrió con Francisco Quiroz, pero, también sorprendiendo a los expertos, lográ la cima en el boxeo.

Porque el gran propósito de todo boxeador es alcanzar un campeonato mundial…¡y Quiroz vio cristalizado ese anhelado objetivo!.

Antes de alcanzar la gloria, eso sí, tuvo que quitar del camino muchos obstáculos…demostrar, antes peleadores con más capacidad que él, que podía lograr el propósito buscado.

Quiroz, el ocho de octrubre de 1983, se casó con la gloria. Y es que, por encima de todos los vaticinios, en combate realizado en Caracas, Venezuela, venció en diez rounds al local Reynando Becerra.

Esta fue, sin duda, la victoria que lo catapultó para ser considerado como un auténtico retador al título mundial minimosca.

Tras su triunfo sobre Becerra, quien a partir de aquella derrota vio apagada su estrella, el gladiador dominicano sólo tuvo que esperar la positiva noche del 19 de mayo de 1984 para contender, por la faja amebeísta de las 108, con Lupe Madera.

Su manajeaodr y protector Rafito Cedeño, aunque no tenía mucha fe en una victoria de Quiroz, fue a la mesa del negocio para firmar el combate titular…y cuando su pupilo se alzó con el éxito ( fue por un sorpresivo nocaut en el noveno asalto), Cedeño río con todas las muelas.

La victoria de Quiroz fue una de las más celebradas en Venezuela, pese a que el humilde muchacho dominicano no era nativo de la tierra de Simón Bolívar y el afamado jugador de béisbol de Grandes Ligas Omar Vizquel. En Venezuela Quiroz llegó a ser muy querido y hasta se le llegó a tener como atleta local.

PERDIÓ EL TÍTULO Y LA VIDA

El refrenaero popular nunca se equivoca. La frase de que «la alegría en casa de pobre dura poco», se encaja en la azaroza vida de Francisco Quiroz.

Pese a que sin muchos problemas logró hacer (positiva) su primera defensa ante el panameño Víctor Sierra, su reinado no fue prolongado.

Ante Sierra, en pleito montado en Panamá el 19 de agosto de 1984, su comportamiento fue grandioso…y en tan sólo dos rounds lo despachó enseñando un desconocido poder en sus puños.

No obstante, unos siete meses después Quiroz, quizás lleno de confianza y sobrestimación, fracasó en el intento de defender con éxito su corona por segunda ocasión.

Su rival de entonces era Joe Oliva…protagonizaron un largo combate (15 asaltos) y Oliva se llevó la victoria por amplia decisión. E inclusoo Quiroz fue enviado a la lona en el noveno round. La victoria del retador no tuvo ninguna discusión.

Quiroz, quien después de aquella derrota comenzó a tener serias diferencias con su apoderado Cedeño, tras perder la corona dio claros visos de vivir un período de debacle.

Sus pleitos, por asuntos de dinero, con Cedeño fue el principio de su destrucción, atlétca y económica.

Y, para colmo de males, el boxeador dominicano, que aspiraba a ser campeón mundial por mucho tiempo, ¡hasta la vida perdió!.

La noticia de su sentida muerte, ocurrida en el entorno de su barrio (Herrera), en octubre de 1991, corrió como pólvora en todo el país dominicano.

El desaparecido periódico local La Noticia, en su comtraportada, publicó la inafausta noticia que informaba de la muerte trágica del pugilista quisqueyano.

El sangriento suceso que quitó la todavía joven vida de Quiroz, él no había cumplido 32 años, se produjo minutos después de que el atleta interviniera en un pleito de barrio.

Según lo publicado en el citado rotativo, Quiroz salió en defensa de un familiar que estaba siendo golpeado por otro hombre…y este desconocido hombre le disparó, con un revólver, a la cabeza muriendo Quiroz en el acto.

Así, tan trágica, terminó la carrera de Francisco Quiroz quien a pesar de que tras perder el título mundial minimosca ante Joe Oliva comenzó dar «tumbos» en los cuadriláteros, todavía estaba activo en el rudo deporte de los puños enguantados.

Fue, en definitiva, la sorpresiva muerte trágica que marcó su ida de las 16 cuerdas ¡y de este pícaro mundo!.

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