Franco abandonó vicios y de ahí su éxito como longevo

Franco abandonó vicios y de ahí su éxito como longevo

POR JEFF PASSAN
De Yahoo! Sports
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Julio Franco tenía 33 años, y aunque probablemente le quedaban un par de años buenos, todos pensaban que se retiraría a los 37-38, quizás 40 años si tenía suerte. “Se suponía que yo estuviera retirado hace mucho tiempo”, dijo Julio a finales de marzo antes de un juego de entrenamiento de los Mets. “Se suponía que yo estuviera retirado después del año pasado, ¿verdad?”.

Bueno, no exactamente. Después de ganar su título de bateo, Julio volvió a nacer en la temporada muerta.

Juró dejar de fumar y de beber, lo que hacía en exceso y reconstruyó su cuerpo comiendo solo alimentos orgánicos. Si su mente tenía que estar en forma para Dios, su cuerpo tendría que ser su santuario.

En 1995, Julio jugó en Japón, y luego de dos años más en las mayores, volvió a jugar con los Marines de Chiba Lotte. De ahí en adelante, Julio pasó a ser un recuerdo, un turno al bate con Tampa Bay en 1999 fue su único premio por un promedio de .423 en la Liga Mexicana.

Solo cuando los Bravos de Atlanta quedaron desesperados por un bate y Julio había bateado .437 en México recibió otra oportunidad. Lo contrataron el 31 de agosto del 2001, pensando que no era nada más que una contratación de emergencia.

Cinco años más tarde, todavía estaba ahí como bateador productivo, un buen defensa, un mentor inclinado a filosofar.

Cuando conocí a Julio por primera vez, en el campo de los Bravos en el 2005, la discusión fue fascinante. Por cada comentario relacionado con su edad, él respondía de la siguiente forma.

“Déjame preguntarte algo”, dijo Julio. “¿Eres un pecador?”. Una pregunta “truqueada”, Julio buscaba hacerte pensar tus acciones. Porque, Julio dijo, todo lo que hace es con Dios en mente, y la única razón por la que juega béisbol es porque el Señor quiere que lo haga, y si el Señor quiere que juegue hasta los 50 años, su cuerpo debe ser una máquina.

Franco es un pelotero con condiciones más que sobresalientes, y lo hace todo de esa manera: sobresaliente.

Versión (Dionisio Soldevila Brea)

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