Franco, Palmeiro y Martínez, los caballeros del béisbol

Franco, Palmeiro y Martínez, los caballeros del béisbol

HOUSTON (EEUU). El sueño de llegar a las Grandes Ligas es un camino difícil para todos, pero el grado de complicación a veces suele ser mayor para los latinoamericanos, por lo tanto el haberlo conseguido y además permanecer dos décadas es un testimonio de amor al deporte unido con el espíritu del guerrero triunfador.

Hay tres peloteros latinos que son la personificación de estos atributos, el dominicano Julio César Franco, el cubano Rafael Palmeiro y el boricua Edgar Martínez, quiénes son los caballeros de la pelota caliente.

Franco, que cumplirá 46 años, ha viajado por dos continentes para jugar al béisbol y en todas sus paradas, ha manejado el bate como todo un experto para repartir líneas por todas partes.

El veterano dominicano, en la víspera de su vigésima campaña en la gran carpa, con escalas intermedias en el béisbol mexicano y el coreano, ha logrado un promedio global .300, 2.358 imparables, 1.196 carreras y 1.053 carreras impulsadas.

El pelotero petromacorisano está en los anales del béisbol como el dominicano con más inatrapables y su persona influye e inspira a sus compañeros jóvenes de los Bravos de Atlanta.

En su carrera de 19 años en la gran carpa se estima que sus ingresos superan los 18 millones de dólares y si colgara los guantes mañana estaría elegible para recibir su pensión.

Sin embargo, Franco llega al campo del entrenamiento primaveral mostrando un excelente físico y una ética de trabajo que el piloto Bobby Cox afirma que es un ejemplo a seguir tanto dentro como fuera del diamante.

«El béisbol para mí ha sido un amor, el talento que Dios me dio, lo he usado y luego de que decidí seguir por el camino de Dios, mi vida cambió. He empleado bien su templo y él me ha bendecido para seguir compitiendo en éste nivel,» comentó Franco que fue el campeón de bateo de la Liga Americana cuando militaba con los Vigilantes de Texas.

Palmeiro, que tiene reservado su cita en Cooperstown (Nueva York), sede del Salón de la Fama del béisbol profesional, en sus 18 años en las Mayores, el cubano ha despachado 528 pelotas fuera del parque, ha ligado 2.780 imparables, 1.687 carreras impulsadas y tiene el promedio global de .291.

En el inicio de su vigésima temporada, Palmeiro que cumplirá 40 años, le faltan 220 indiscutibles para llegar al selecto club de los 3.000 y la mejor temporada de Palmeiro, en cuanto a hits se refiere, fue la de 1991 cuando disparó 191.

La campaña del 2003 logró 146 imparables y 38 vuelacercas, que podemos predecir las posibilidades de finalizar su brillante carrera con 600 cuadrangulares y 3.000 indiscutibles, dos logros que muy pocos han podido conseguir dentro del béisbol profesional de las Grandes Ligas.

El toletero cubano después de colgar sus guantes se habrá ganado un estimado de más de 90 millones de dólares y la gloria de ser uno de los mejores que han desfilado en el diamante.

Martínez, de 41 años, inicia la décima octava temporada en la gran carpa con los Marineros de Seattle, y es el prototipo del pelotero clásico que define a la perfección lo que es un bateador designado modelo.

Lo mismo que sucede con Franco, su edad no los limitan y reparten líneas por todo el terreno de juego y se convierte en jugador clave en el engranaje del ataque de los Marineros.

En sus años con los Marineros, Martínez ha disparado 2.119 imparables, 297 cuadrangulares y ha remolcado 1.198 carreras con 1.174 anotaciones.

«Creo que todavía puedo jugar y producir en la manera acostumbrada», dijo Martínez. «Si yo pensara que no pudiera hacerlo, me hubiese quedado en casa.»

En la temporada del 2003 Martínez pegó para promedio de .294, con 24 jonrones e impulsó 98 carreras, numeros que no muestran a un hombre acabado sino a un caballero del béisbol, que al igual que Franco y Palmeiro producen y se han convertido en todo un ejemplo no sólo para los jóvenes valores de los peloteros latinos sino para todo el deporte pasatiempo nacional en Estados Unidos.

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