ROCKVILLE, EEUU,(AFP) – El francotirador John Allen Muhammad se encontró frente a frente este martes con su joven cómplice, de quien se esperaba que lo implicara en seis de los asesinatos al azar que causaron terror en la capital de Estados Unidos en 2002.

Muhammad y su compañero Lee Boyd Malvo están acusados de 10 asesinatos en la región de Washington. Muhammad ya está en el corredor de la muerte en el estado de Virginia (este). Ahora está en juicio por seis de los asesinatos que tuvieron lugar en el vecino estado de Maryland.

El martes, Malvo, sentenciado de por vida en un juicio en Virginia, enfrentó a su antiguo mentor por primera vez desde su aparición en los tribunales hace dos años y medio.

Malvo, nacido en Jamaica, era como un «hijo» para Muhammad cuando rodaron en camioneta por semanas en el área de Washington, en 2002, apuntándole a la gente con un rifle de alto poder. La capital de Estados Unidos se paralizó de terror hasta que la policía detuvo al dúo en octubre de ese año.

Los fiscales interrogaron a Malvo este martes en el tribunal de Maryland de una manera al parecer destinada a describir a Muhammad como una figura predadora que se aprovechó de la agonía personal de Malvo, infligida por un pasado familiar inestable.

«¿Usted le dijo que lo amaba?», preguntó el fiscal. «Sí», respondió.

«¿Él le dijo que lo amaba?»

«Sí», dijo Malvo ante la mirada impasible de Muhammad.