Franklin, una sola cara, un solo perfil.

Franklin, una sola cara, un solo perfil.

Conocí al doctor Franklin Almeyda Rancier a principios de la década de los 80, siendo yo un apasionado estudiante de Derecho, con motivo de un litigio judicial del que formó parte como abogado en La Romana.

Cada oportunidad que tuvo para expresarse fue muy bien aprovechada por él, para imponer sus vastos conocimientos jurídicos, pero además carácter, firmeza, respeto y una formación académica general que deslumbró a los buenos abogados que allí estaban, como a los estudiantes que procurábamos, “como el sediento el agua”, aprender el arte de defender.

Desde ese momento lo he visto transitar por la vida como un profesional del derecho, político, funcionario y hasta en el orden familiar y personal con un solo perfil y una sola cara: rectitud, disciplina, transparencia y sensibilidad humana (identificado con los excluidos socialmente).

El doctor Almeyda, es una persona con autoridad, que no anda con ambages para expresar sus convicciones, ni maquilla discursos para hacerse gracioso; es un abanderado de la verdad, clara, directa y sencilla y esto nos gusta a las personas que creemos en el orden social.Recordemos que como director del Colegio Universitario de la UASD, por ese norte de conducta y forma de ser, fue propuesto para la Rectoría de dicha institución académica, que en ese momento se desenvolvía en la anarquía, siendo escogido. Y de él sí se puede decir porque “por sus frutos lo conoceréis” que fue de ésta, la más antigua universidad de América, su Rector Magnífico (año 1987-1990).

En el cuatrienio gubernamental 1996-2000, del partido que junto a su mentor y guía, profesor Juan Bosch, y otros fundaron en su casa (la de Franklin) fue designado por el presidente Fernández, como Comisionado para la Reforma y Modernización de la Justicia, y desde allí inició la más profunda y revolucionaria reforma de las normas legales que rigen la nación.

Más adelante, de nuevo el presidente Fernández, al regresar al Gobierno  en el 2004, le designa en una de las principales carteras de la función pública (Interior y Policía), la que aún dirige, y los programas que implementa bajo el Plan de Seguridad Democrática que conoce el país, han venido a ser como una salvación para la estabilidad y gobernabilidad del país.

Al estar muy cerca de Franklin, ahora conozco más su vocación de servicio, su firmeza para que impere el respeto a la ley, eje de una verdadera democracia y un plan serio que sacaría de la exclusión social cerca de cuatro millones de dominicanos, estoy  convencido no solo de que Franklin, a falta del presidente Fernández, en el escenario de los comicios del 2012, es una magnífica opción de poder, sino que podría ser el hombre ideal para completar esta trascendente obra de gobierno de Fernández, pues es un hombre probado en el orden político, habiendo tenido una destacadísima participación en la toma de decisiones de graves y cruciales momentos de la República en los últimos 30 años y por otro lado ha manejado con sobrado tino importantes estamentos del Estado.

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