CIUDAD DEL VATICANO. AFP. A continuación una selección de las frases más memorables de la última catequesis del papa Benedicto XVI antes de hacer el jueves efectiva su renuncia como pontífice.
«El Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca fue abundante, pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia y el Señor parecía dormir».
«Siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino Suya y no la dejará hundirse. Es Él quien la conduce, por supuesto, a través de los hombres que ha elegido. Esta es una certeza que nada puede ofuscar . Y es por ello que mi corazón está lleno de agradecimiento a Dios, porque no le falta a toda la Iglesia, ni a mí, su consuelo, su luz y su amor». «Un Papa no está sólo en la barca de Pedro, aun si es su primera responsabilidad y por esto quiero dar las gracias a todos los que me han acompañado. Nunca me he sentido sólo para cargar las alegrías y el peso del ministerio petrino».
«He dado este paso consciente de la gravedad y de su novedad, pero con una profunda serenidad. Amar a la Iglesia significa también tomar decisiones difíciles, sufridas, teniendo siempre en cuenta el bien de la Iglesia y no el personal». «Hoy vemos cómo la Iglesia está viva, en un momento en que muchos hablan de su declive». «No regreso a la vida privada, a una vida de viajes, encuentros, recepciones, conferencias, etc. No abandono la cruz, sino que permanezco de una manera nueva ante Cristo Crucificado». «No tengo más la potestad del gobierno de la Iglesia, pero en el servicio de la oración permanezco, como quien dice, en el recinto de San Pedro».
A continuación, el texto completo pronunciado en español: «Queridos hermanos y hermanas: «Muchas gracias por haber venido a esta última audiencia general de mi pontificado. «Asimismo, doy gracias a Dios por sus dones, y también a tantas personas que, con generosidad y amor a la Iglesia, me han ayudado en estos años con espíritu de fe y humildad. «Agradezco a todos el respeto y la comprensión con la que han acogido esta decisión importante, que he tomado con plena libertad. «Desde que asumí el ministerio petrino en el nombre del Señor he servido a su Iglesia con la certeza de que es Él quien me ha guiado.
Sé también que la barca de la Iglesia es suya, y que Él la conduce por medio de hombres. «Mi corazón está colmado de gratitud porque nunca ha faltado a la Iglesia su luz. En este Año de la fe invito a todos a renovar la firme confianza en Dios, con la seguridad de que Él nos sostiene y nos ama, y así todos sientan la alegría de ser cristianos. «Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y de los países latinoamericanos, que hoy han querido acompañarme. «Os suplico que os acordéis de mí en vuestra oración y que sigáis pidiendo por los Señores Cardenales, llamados a la delicada tarea de elegir a un nuevo Sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro. «Imploremos todos la amorosa protección de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia. «Muchas gracias. Que Dios os bendiga».