Fraude o vandalismo bancario

Fraude o vandalismo bancario

La Biblia nos enseña que al que se humilla Dios lo exalta, pero el que se exalta, Dios lo humilla. Y esta verdad, que para el incrédulo puede ser un dogma, nos sirve para explicar lo que ha ocurrido en el Banco Peravia.

La Superintendencia de Bancos dio a conocer el pasado 24 de noviembre en la prensa nacional lo que denomino el proceso de disolución del Banco Peravia. Informó que fue autorizada por la Junta Monetaria a identificar la situación de insuficiencia de solvencia. Y recibió autorización para que los directores, accionistas y miembros del Consejo Administrativo de dicho banco fueran sometidos a la justicia, una vez se tuvieran las evidencias causales de tal insolvencia bancaria.

Con ese anuncio explotó lo que ya era una situación que venía desde hacía un tiempo. La Fiscalía del Distrito Nacional informó que en su poder reposan 22 querellas de clientes del banco que se han quejado por numerosos delitos, que van desde estafa hasta lavado de activos. El presidente de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera manifestó que “todos sabían” que el Banco Peravia confrontaba dificultades financieras.

Tengo entendido que el verdadero dueño de esa entidad bancaria estuvo preso injustamente en Venezuela por unos tres años, mientras que los principales ejecutivos extranjeros de ese banco prácticamente estaban haciendo su agosto en el país. Posiblemente, pensaban que ese empresario no saldría de la cárcel. Y se enaltecieron a sus anchas.

Ahora, el Ministerio Público determinó que los ejecutivos del Banco Peravia desviaban dinero de sus ahorristas para otra cuenta bancaria ajena a esa entidad. Esa acción fue determinada a través de las investigaciones jurídicas iniciadas por la Fiscalía luego de haber recibido unas 16 querellas de parte de igual número de personas en contra de ese banco. Hasta se llegó al extremo que raya en el vandalismo, según se ha publicado, en algunos casos, de amenazar con deportación o someter preso al cliente extranjero que reclamara sus ahorros.

Al salir de la cárcel, el que puso la mayor inversión en el banco, reclamó sus derechos. Y se produce el detonante que llevó a la intervención bancaria. Hasta helicóptero se había comprado el presidente de esa entidad bancaria, según resolución del consejo directivo del banco.

Se ha publicado que organismos de seguridad del Estado fueron informados de la existencia de once empresas que eran utilizadas por el Banco Peravia para el desvío de fondos, fuga de capitales y otros negocios regentados por el presidente del Banco y su principal ejecutivo, quienes salieron del país a raíz de ser intervenida la entidad bancaria por la Superintendencia de Bancos.

De modo, pues, que los que andaban orgullosos, haciendo y deshaciendo, ahora tendrán que dar la cara en algún momento ante la justicia, y explicar qué hicieron con los recursos del banco. Sus nombres están vinculados a una colosal estafa o vandalismo bancario. Y el que antes estaba humillado, ahora será exaltado.

 

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