LLENNIS JIMÉNEZ
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El coordinador nacional de la Pastoral Penitenciaria, fray Arístides Jiménez Richardson, afirmó ayer que el proyecto Barrio Seguro no ha llenado el cometido de frenar el crimen y el delito, y que por el contrario creó una élite interna innecesaria, de rivalidad dentro de la Policía Nacional, permitiendo que un grupo bien pagados estén en buena, y que la mayoría siga en la olla.
El capellán general de Prisiones y director ejecutivo del Patronato de Prisiones dijo que esto se debe a que un grupo de agentes que prestan servicios en el plan Barrio Seguro reciben dietas, provisiones alimenticias y se les asigna vehículos, mientras los que patrullan las amplias zonas del país se están tragando un cable, al punto de que en barrios como Mandinga cenan cuando un ciudadano les provee un plato de comida.
Jiménez Richardson aconsejó al secretario de Interior y Policía, Franklín Almeyda Rancier, reoganizar y ampliar el proyecto Barrio Seguro, dar participación a la ciudadanía y a distintos sectores, como los académicos.
Asimismo, el arcipreste de la zona oriental Sur favoreció que se publique el gasto total que ha significado Barrio Seguro. Expresó que esos fondos deben ser comparados con el presupuesto de la Policía Nacional y los fondos que tienen las entidades barriales, de tal manera que se pueda evidenciar lo que ha implicado su sostenimiento, con relación a la cantidad de sectores que abarca.
Antagonismo jerárquico. Sostuvo que la rivalidad policial que desata Barrio Seguro es un problema entre los mismos superiores.
El amigo Franklin lo que debe hacer -con todo respeto- es sentarse con todos los actores que tienen que aportar para buscarle una solución nacional, precisó.
Manifestó que hizo alusión al término hemorragia financiera -en el sermón de las Siete Palabras, del Vienes Santo- para crítica el derroche de recursos.
Las claves
Paradoja policial
El sacerdote Jiménez Richardson indicó que un policía, como todo ser humano, no puede amanecer en las calles con un salario de entre RD$3,000 a RD$5,000, mucho menos, armado.
Los del interior
Consideró que en peores condiciones se encuentran los que tienen sus familias en el interior del país, porque no cuentan con quienes les resuelvan los problemas, como la educación de sus hijos.