POR MARÍA MERCEDES
El 16 de abril de 1965, la vida de Freddy Reyes cambió. Fue el día en que Dios le bendijo con el nacimiento de su primogénito. Debido a que era el primer Secretario de la embajada de República Dominicana, Francisco Xavier vino al mundo no en Quisqueya, la tierra de sus progenitores, sino en el país del “Sol naciente”, Japón.

Desde el inicio de esta amena conversación, manifestó que para él y su esposa Marcelle fue una experiencia que siempre recordarán, porque hasta resulta gracioso narrar las situaciones que vivieron en torno a ese instante de sentimientos encontrados: angustia y alegría.

Sus ojos brillaban de emoción al rememorar esta historia que marcó una etapa muy importante de su vida como pareja: “Eran las 7:00 p. m., estaba sólo en el hospital Seibo Boing porque era Semana Santa y mis amigos no estaban en Tokio. Llovía mucho y el doctor no salía del quirófano. La espera me pareció una eternidad, por eso cuando vi salir y entrar a la enfermera le dije “si pueden salven a los dos”, porque en mi fantasía pensé que ocurría algo. Minutos después me trajeron al niño, pero con los nervios no me di cuenta, por eso cuando el doctor me preguntó: ‘Qué le pareció su hijo’, le respondí que no lo había visto.  El momento en  que vi a mi esposa y a mi hijo me llenó de una felicidad poco descriptible”. Por la distancia geográfica, su primer retoño nació cuando aquí eran las 8:00  a. m., y allá las 8:00 p. m.

En el transcurrir de los años, Freddy Reyes, vicepresidente ejecutivo de la Asociación La Nacional de Ahorros y Préstamos, ha acumulado valiosas experiencias que a modo de síntesis quiso compartir con los lectores de este matutino, hoy 25 de julio de 2004, Día de los Padres.  

Culminando su misión diplomática, llegó al país cuando Francisco Xavier tenía 3 años. Como bendición del Creador, la familia siguió aumentando cuando nacieron sus hijos Carlos Federico, Michele Marie y Mónica Marcelle.

“Gracias a Dios me siento orgulloso de mis hijos”

Por la convivencia permanente y la excelente relación que mantiene con sus cuatro hijos afirma: “Desde pequeño hay que ser amigo de ellos, comprenderlos y saber que a medida que van creciendo, la valorización que tienen de nosotros cambia de mayor a menor, aquel “Superman” que veían cuando pequeños, a medida que pasa el tiempo se va reduciendo, posiblemente cuando van a la universidad, en que nos ven igual a ellos, y empiezan a sacarnos defectos, por eso es necesario ser su amigo desde la infancia para que haya una verdadera comprensión”.

Freddy Reyes dijo que los padres deben entender que los tiempos cambian y no se deben usar las mismas reglas con que uno fue criado, ese es el más grave error, que a su entender cometen los padres. “Uno tiene que saber el medio en que se desenvuelven sus hijos, cuáles son las debilidades que los atacan, como las drogas, la vida fácil, el lujo exagerado. Por eso,  el padre tiene que mantener una línea de comunicación para que ambas partes puedan consultarse en total confianza. Para lograr esto debemos escuchar sus opiniones sobre situaciones que les incumbe a la familia. Así se mantiene la línea de conexión que nos permite ser padres y amigos al mismo tiempo”.

Expresó que una de las cosas más negativas, es que algunos padres se han subido demasiado como si fueran casi dioses, manteniendo una relación de respeto, pero no  de amistad. “Yo noto la reacción violenta de los progenitores hacia sus hijos de cualquier edad y creo que ese es un atentado a las buenas relaciones, los padres deben entender que al ser  modelos de sus hijos, deben ser comprensivos y entender que esta es una época difícil para ellos”.

Con mucha seguridad indicó: “Gracias a Dios me siento orgulloso de mis hijos. Francisco Xavier y Mónica, estudiaron administración de empresas; Carlos Federico, contabilidad  y auditoría; y Michele Marie es decoradora de interior y paisajista. Reconozco que mi esposa Marcelle Martínez de Reyes, con quien tengo 40 años de casado, fue un pilar importante para su educación. Nunca me han llamado papá, sino Freddy, como si yo fuera uno de la camada o el hermano mayor, a la gente le llama mucho la atención, pero les digo que me gusta porque mis retoños me tienen mucha confianza”.

Acerca de la frase “Le doy a mis hijos lo que nunca tuve” y que con frecuencia es escuchada, dijo que esa acción le parece un error, pues puso como ejemplo que no se le debe regalar un automóvil porque yo nunca tuve uno. “Ellos deben ganárselo, con sus estudios, su trabajo y dedicación. Cuando se consienten mucho, no hay justicia, ni valoración de premiar las cosas buenas y corregir las malas.

“En la actualidad ser padre exige tener menos hijos, ya que de manera proporcional necesitan más atención, en un período en que la esposa no está todo el tiempo en la casa, sino que además trabaja”, precisó.

Hoy Freddy Reyes, gracias a esos principios con los que educó a sus cuatro hijos, es un abuelo feliz. Es fácil notarlo al ver a Christian, Eduardo, Federico, Santiago Felipe y María Isabel, sus traviesos, pero adorables nietos que tienen entre seis y un año, y quienes lo tratan con amor, ternura y respeto, al igual que sus proles. Para él, su familia llena el espacio más importante de su vida. Cada uno de sus integrantes le ayuda a vivir en armonía consigo mismo y con los demás. 

En la reunión familiar, que hicieron para celebrar por anticipado este gran día, las vibraciones positivias se sintieron con mucha intensidad. Estaban felices, porque juntos, entre cálidos abrazos felicitaron al Freddy amable, cariñoso, responsable, atento, tal como lo definen. Él es su ejemplo a seguir, su padre amado: Su amigo incondicional. 

A corazón abierto

Un libro: “Don Quijote de la Mancha”, de Miguel de Cervantes Saavedra
Objetos: imágenes de las estrellas de mar
Un pintor: Henri Rosseau y su obra “El aduanero impresionista”
Un aroma: Iliang Iliang
Un mal hábito: exagerar  en la planificación  
Un sabor: el de la manzana roja
Una comida: pescado
Detesta: el café con leche
Un color: verde
Una canción: “Motivos: una rosa pintada de azul”
Una hora: el amanecer, porque desde la terraza de su apartamento puede ver cuando sale el sol y la intensidad del mar Caribe. 
Un consejo: La unidad de propósitos y sacrificios es necesario para resolver todos los problemas que afectan a la nación.