Frenar el calentamiento global

Frenar el calentamiento global

Las pruebas científicas apoyan firmemente la adopción inmediata de medidas para frenar las emisiones de gas efecto invernadero que causan el calentamiento global. El protocolo de Kioto de 1997 traslada la mayor parte de esta responsabilidad a los países ricos, porque con sólo el 16 por ciento de la población mundial, generan el 51 por ciento de dichas emisiones.

El protocolo apela a los países ricos a reducir las emisiones de dióxido de carbono en al menos un 5 por ciento de los niveles de 1990 para los años 2008 – 2012. Los defensores del protocolo aseguran que se trata de un paso importante para atenuar el cambio climático. Sus detractores lo critican duramente por los innecesariamente elevados costos de implementación del mismo y por no establecer límites a las emisiones de los países pobres. También se critica que, incluso si se adopta por completo, el protocolo reduciría la temperatura media global menos de 0.15 grados centígrados en el 2100.

Estados Unidos, que produce el 25 por ciento de las emisiones mundiales de gas de efecto invernadero, se ha negado a ratificar el protocolo. Sin la participación de ese país, ningún acuerdo internacional sobre el cambio climático tendrá posibilidades de reducir significativamente la amenaza del calentamiento mundial.

[b]ALTERNATIVAS[/b]

Para animar al sector privado, a los consumidores y a los gobiernos a reducir las emisiones de gas de efecto invernadero es necesario que exista cooperación internacional. Más allá del protocolo de Kioto, es posible reducir las emisiones de gas de efecto invernadero, sí los países pobres y ricos se comprometen a:

Desarrollar tecnologías energéticas limpias (energía solar o eólica, pilas de combustible, energía hidroeléctrica, energía geotérmica) con un nivel de emisión de hidróxido de carbono reducido o nulo.

Desarrollando tecnologías de captación del carbono seguras y económicas, que eviten la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Entre los ejemplos más prometedores destacan los depósitos naturales de carbono como los bosques; la captación en alta mar y minas; y la fijación química del dióxido de carbono durante la carbonatación de metales termodinámicamente estables.

Aumentando la eficacia energética a través del uso de vehículos, electrodomésticos, iluminación y motores industriales más eficaces y mediante la reducción de las pérdidas de transmisión de electricidad.

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