El patrón de los ataques contra torres de soporte de líneas de alta tensión y otros sistemas de electricidad permite ver intereses que sobrepasan el simple robo de metales. Los casos de derribo de torres en los que no se ha practicado sustracción de piezas o cables, dan pie a la creencia de que la intención de daño, de sabotaje, es un factor predominante. La Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED) cree que hay cerebros dirigiendo estos atentados y que el robo parece ingrediente colateral.
Desde septiembre hasta nuestros días, doce torres que soportan líneas de alta tensión han sido averiadas por estos ataques, y al menos tres de estas estructuras metálicas han sido derribadas. La CDEEE ha tipificado como sabotaje estos atentados, lo que implica una intención de daño deliberado. Se trata de un crimen bastante grave, en perjuicio de empresas públicas y privadas que han invertido muchos recursos y del interés general de los dominicanos.
Frente a estos hechos, hace falta intensificar la labor de inteligencia para desenmascarar autores materiales y los cerebros que los dirigen. Es necesario que los ciudadanos se sientan comprometidos a colaborar con esta pesquisa. Hay que implantar medios electrónicos de vigilancia en las torres y otras estructuras. En fin, hay que ponerle fin a una práctica que nos muestra demasiado vulnerables.
Aniversario 64 de El Caribe
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