Frente al cambio climático… bla, bla, bla

Frente al cambio climático… bla, bla, bla

Todas las Cumbres sobre clima han fracasado. EE.UU quiere liderar el grupo (Al Gore) pero no firma los acuerdos de Kyoto. Ningún país desarrollado cuestiona el modelo de desarrollo que se impuso desde la Revolución Industrial, ninguno está dispuesto a sacrificarse, la reconversión industrial es un tabú y ahora se añadieron los países emergentes copiando el modelo agotador y contaminante. La “industria verde” es sofisticada, costosa y marginal. Los presupuestos verdes son puras medidas comerciales, funcionan como un anzuelo que picó R.D.

El país es ya víctima de los efectos del cambio climático. El Lago Enriquillo es la prueba fehaciente de la elevación del nivel del mar mientras las costas se erosionan por los condicionamientos realizados a las barreras de coral, destruidas para conseguir olas cercanas. Se habla en la ONU de “pasar a los actos” y se tambalea con Loma Miranda, se sacrifican las provincias Monseñor Nouel y Sánchez Ramírez y hablamos de “seguridad alimentaria” conociendo la amenaza que pesa sobre el Bajo Yuna y urbanizando los campos de Bonao. Prometemos en los foros bla, bla, bla. Y no planificamos el uso de nuestras pocas tierras fértiles; Santiago se extiende hasta Licey al Medio y no preservamos para el mañana. La costa sur se transforma, desde la terminal de gas licuado (Puerto Viejo) hasta el puerto multimodal (Caucedo) en una inmensa zona industrial, frente al mar Caribe (cementeras, plantas de carbón, minas terrestres, vertederos).

La capital no deja de ser, en términos ecológicos, un inmenso extractor (agua/tierra/energía)-depositor contaminante (aguas/residuos) que ha transformado el mar Caribe en su vertedero. Las alertas no faltan,; la última conferencia de Varsovia fue un fracaso rotundo, financiada por la industria del carbón y del petróleo, todas sus resoluciones fueron inconsistentes frente al calentamiento global, a la subida de las aguas y las manifestaciones violentas y extemporáneas de la naturaleza: inundaciones de zonas bajas, sequías prolongadas, tormentas, hambrunas e epidemias, son nuestras amenazas que no pueden con las necesidades de la industria de la guerra, de las armas y de la destrucción.

EE.UU. vio su costa noreste barrida por recientes ciclones, su costa baja (Staten Island) inundada, su corredor central azotado por tornados destructores pero no coje cabeza. Nosotros sabemos hace mucho que los países pobres no tienen opciones, lamentablemente, están pagando muy caro el precio del desarrollo de los otros y sufriendo las consecuencias de su tardío proceso de “desarrollo”.

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