Frente al espejo

Frente al espejo

POR LEONARDO ANDUJAR ZAITER
Al país pretenden imponerle falsa expectativa en cuanto a instaurar un sistema de seguridad social que satisfaga las exigencias demandadas por la sociedad desde años atrás. Primero debemos decir, es lamentable que aún todavía, no disfrutemos de una clase dirigencial en los estamentos estatales seria y con manifiesto interés por lo nacional para empezar a organizar las estructuras sociales, económicas y políticas capaces de guiarnos por claros senderos hacia el desarrollo.

La seguridad social que persiguen algunos sectores poner en vigencia a como de lugar, es la misma a la cual mostramos oposición frente a senadores, diputados, aseguradores, empresarios e integrantes de la sociedad civil, cuando fuimos invitado por la presidencia del senado de la república, a dictar la conferencia «La Gerencia Aplicada a la Seguridad Social», en la ciudad de Barahona hace ya unos siete años.

El afán desmedido y deshonesto hasta cierto punto de muchos, ha sido el gran causante de que hoy el pueblo dominicano sienta engaño y paradójicamente inseguridad ante esa distorsionada seguridad social.

No es viable llevar a las manos de los ciudadanos los beneficios aprobados en la Ley 87-01 en lo concerniente al Plan Básico de Salud, pues razones expuestas en aquella conferencia por nosotros en especial los valores constitutivos de su realidad interna, son los que impiden el inicio de cualquier intento de ejecución del seguro familiar.

La República Dominicana no está preparada desde los puntos de vista estructural y recursos humanos para recibir la seguridad social, solo existe la búsqueda del beneficio personal o grupal en forzar la implementación.

Si la salud pública vive el peor momento, el seguro social anquilosa y el sector privado frena la posibilidad de crecimiento, es por la inmediatez con que se ha ventilado la seguridad social.

Carecemos de niveles macroeconómicos adecuados, medidas fiscales ajustadas y estabilidad cambiaria, todos indispensables al proyectar estrategias y programas de sostenimiento que garanticen eficiencia y funcionalidad en los resultados.

Muchos senadores, diputados, empresarios y aseguradores sabían lo que se avecinaba con este proyecto convertido en ley, pero como en el país, se ha ido agotando las sanas intenciones que conduzcan la viabilidad institucional fuera de conveniencias particulares, ha permitido que el seguro familiar padezca un estado de «Natimuerto» sin importar a nadie los millones de pesos puesto a una causa considerada extemporánea.

De provecho seria aplazar por cinco años el inicio del seguro familiar y empezar a trabajar en concentrar esfuerzos puramente organizacionales dirigidos a proveedores de salud, centros asistenciales y población.

En cuanto al plano económico, es menester buscar la tasa infraccionaria equilibrada, los indicadores macroeconómicos que reflejen bienestar y la estabilidad en la tasa cambiaria, los cuales aseguren cobertura razonable sin representar amenaza al desarrollo del sistema de salud.

La República Dominicana jamás exhibirá de continuar con tropiezos, la tan anhelada y esperada seguridad social.

Nunca olvidar, la demagogia resulta ser el cáncer que corroe los grandes proyectos y no estamos en la excepción.

Propicio el momento, donde el país recibe un nuevo gobernante, con unas de las mentes mas fecunda y avanzada marcada por actitudes proactivas; pedirle que se haga sentir e inyecte sensatez a los distintos grupos inherentes a la seguridad social para que construyan las bases esenciales y verdaderas del sueño mantenido en los deseos profundos del pueblo dominicano, lograr óptimas atenciones de salud una vez por siempre.

Es poco convincente a pesar de tantas promesas ofrecimientos, iniciar el seguro familiar sin proporcionar un entorno gerencial que defina los cimientos en sus diferentes niveles y significados como fuente primordial de la dinámica organizacional.

La Seguridad Social tiene que responder a un modelo deseable, vigente y factible en cada área de su organización.

Es oportuno conocer el camino de las organizaciones dialógicas donde soportan el debate de las contradicciones, trasparentan los intereses en cuestión, buscan él diálogo y puntos de encuentro y entendimiento de las partes, en otras palabras, facilitan la representación del funcionamiento de las partes dentro del todo.

No manejar las complejidades institucionales como los que acontecen, es crear las imposibilidades al entendimiento siendo imprescindible en el sostenimiento a cualquier organización.

Sino anteponemos la racionalidad como dominio a las ejecutorias de la seguridad social, distorsionaremos los objetivos de las políticas de salud y nublaremos la visión a largo plazo comprometiendo finalmente la perspectiva del éxito esperado.

Necesitamos poner el panorama organizacional en blanco y negro, romper los dilemas generados por grupos o estructuras paralelas que obstaculizan las viables situaciones y acciones concretas, así alcanzaremos el sano propósito de participar en la gestión del programa de salud.

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