Un puesto de control fronterizo estadounidense situado a un día de vuelo de Nueva York en el desierto árabe promete convertirse en un oasis para los viajeros cansados que se dirigen hacia los Estados Unidos (EEUU).

La dirección de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense abrió una base en Abu Dhabi el 24 de enero, la primera en Medio Oriente y fuera del continente americano aparte de Irlanda.

Hay proyectado otro puesto en Dubai dentro del plazo de un año para acelerar el proceso de inmigración habitualmente arduo que enfrentan los viajeros, en tanto Estados Unidos se propone eliminar las amenazas terroristas antes de que los eventuales perpetradores aborden, siquiera, el avión.

La ofensiva estadounidense destinada a reafirmar la seguridad migratoria con puestos en el exterior supone ofrecer una ventaja a Emiratos y a otros operadores del golfo Pérsico en rápido crecimiento ya que las verificaciones en el exterior pueden reducir horas al cruce de la frontera en puntos de acceso estadounidenses importantes, normalmente el final más molesto de un viaje de larga distancia.

Los pasajeros de Abu Dhabi pueden en cambio aprovechar ese tiempo muerto entre vuelos para completar el proceso, aumentando el atractivo de los lujosos aeropuertos del Golfo como terminales globales de viaje.