POR GERMAN MARTE
En términos reales entre República Dominicana y Haití no existe frontera ni hay recursos ni tecnologías ni militares suficientes para controlar el paso de ilegales haitianos, afirmó ayer el director de Migración, Carlos Amarante Baret. El funcionario subrayó que en la frontera dominico-haitiana los controles son muy «vulnerables».

«La realidad es que no tenemos frontera. Es una frontera prácticamente inexistente y no hay ningún tipo de recursos tecnológicos para controlarla. No tenemos incluso ni la cantidad de militares suficientes en la frontera para poder controlarla», dijo Amarante Baret.

De todos modos, planteó, las autoridades tienen la obligación de hacer cumplir la ley y en ese sentido la dirección Migración coordina con las Fuerzas Armadas, la Policía y la secretaría de Interior y Policía el control de la inmigración ilegal.

Agregó que las autoridades controlarán la mano de obra haitiana en la agricultura y la construcción para que no desplace de forma masiva la mano de obra dominicana, como afirmó está ocurriendo ahora.

Al participar en el Almuerzo Semanal de los Medios de Comunicación del Grupo Corripio, Amarante Baret adelantó que con ese propósito visitará a los empresarios agrícolas y constructores porque hay que sujetar a la ley el uso de mano de obra extranjera.

Sin embargo, el funcionario dijo que la mano de obra haitiana juega un importante papel en la economía dominicana, pero que eso debe tener un límite y este viene dado por los intereses de la mano de obra dominicana.

SIN APOYO

Amarante Baret dijo que muy a pesar carece del apoyo logístico para desempeñar su función, pues apenas cuenta con 400 inspectores para cubrir todos los aeropuertos y los 388 kilómetros que tiene la frontera.

Para repatriar cientos ilegales que diariamente cruzan la frontera, Migración sólo cuenta con dos autobuses con capacidad para 40 personas cada uno, dijo.

Además de haitianos, por la frontera cruzan chinos, paquistaníes, hindúes, cubanos y de otros países que utilizan el territorio dominicano como «puente» para de aquí cruzar ilegalmente hacia Puerto Rico. 

El funcionario resaltó que el país está lleno de haitianos ilegales y en los barrios ya se observan pequeños grupos de haitianos «y sin embargo, no podemos llegar hasta ahí».

El director de Migración adelantó que las actuales autoridades delinearán una política inmigratoria para controlar la presencia de ilegales.

Y eso va desde el respeto a la dignidad de esas personas, sobre todo de haitianos residentes aquí, hasta el apoyo logístico que necesita Migración, puntualizó.

Expresó que «si nos descuidamos se nos va la vida como nación» y el país no puede renunciar a tener control de las fronteras y de los extranjeros que caminan por las calles de la República.

Dijo que no se trata de sacar toda la mano de obra, sino regularizarla y ponerle un límite.

MANO DE OBRA BARATA

Entre los sectores donde se utiliza mano de obra  haitiana principalmente, Amarante Baret mencionó los cultivos de la caña de azúcar, cacao, café, melones, hortalizas en Constanza, «y de la construcción ni hablar».

En todos estos renglones, dijo, se utiliza principalmente mano de obra haitiana.

«Estamos conscientes de que hay áreas de la economía dominicana cuya mano de obra es haitiana», expresó, pero que Migración «sin violar la ley, está en la obligación de proceder a regularizar esa situación».

Asimismo, Amarante Baret destacó que los obreros haitianos son abusados y que el país es signatario de convenios internacionales que establecen protección de los derechos laborales.

Dijo que por esa razón Migración está en el deber de velar porque los empresarios respeten los derechos de los inmigrantes haitianos que están trabajando en el país.