Frustración

Frustración

El Departamento de Prevención de la Corrupción (DEPRECO) ha debido ser –y de hecho lo es- un instrumento para medir nuestra voluntad de sancionar los actos indecorosos que se cometen contra el interés común en los ámbitos público y privado.

Al menos, la creación de esta dependencia del Ministerio Público estableció desde el principio la noción de que la lucha contra la corrupción arrancaba con pies tan firmes, que se especializaba toda una burocracia jurídica para manejar con exclusividad aquellos asuntos que implicaran actuaciones pecaminosas contra los intereses de todos los dominicanos.

Lastimosamente, es del propio DEPRECO de donde provienen valoraciones que descalifican al Estado como perseguidor de quienes lesionan sus intereses y propiedades.

Pedro Justo Castellanos, Jimmy Durán, Jesús Féliz Jiménez y Octavio Lister son cuatro distinguidos abogados que han tenido la oportunidad de dirigir el DEPRECO. Si algún común denominador ha habido entre ellos, aparte de las obligaciones inherentes a sus funciones, ha sido la expresión de quejas y frustración porque no han recibido todo el apoyo, todo el soporte que se suponía sería dado a un instrumento especializado exclusivamente para hacerle la guerra a la corrupción.

Indistintamente, Ha habido quejas porque no son aportadas las auditorías que avalarían acusaciones sobre dolo y pecados por el estilo, o porque no se han hecho las adaptaciones legales suficientes y necesarias para apuntalar las acciones del DEPRECO.

En una mesa redonda que organizara recientemente la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS) en la sede de la Universidad Iberoamericana (UNIBE), el actual director del DEPRECO, Octavio Lister, dijo que esa entidad ha confrontado problemas para hacer un mejor trabajo y que faltan leyes específicas para darle soporte a la lucha contra la corrupción, como es el caso de los cambios que se requieren en el Código Penal.

Hace algún tiempo, al valorar las causas del auge de la criminalidad y la delincuencia, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, citó la corrupción entre las principales causas de ese estado de cosas.

Las frustraciones que en su momento han expresado quienes han dirigido el DEPRECO califican pobremente nuestra voluntad de combatir la corrupción.

Tristeza

Juan Lockward se nos ha ido, dejándonos en el ánimo una dualidad de sentimientos: la nota triste por su ausencia y la herencia alegre de su repertorio.

Con una bien ganada reputación como «Mago de la media voz», Lockward deleitó a muchas generaciones con sus composiciones, entre las que destacan Guitarra Bohemia, Santiago y Poza del Castillo.

Su estilo romántico y depurado inspiró incontables serenatas y en las presentaciones arrancó siempre emocionados aplausos.

Doblegado por achaques y el peso de 91 años de edad se apagó su vida física, para vivir desde ahora y por los siglos en la memoria y el corazón. Nuestras más sentidas condolencias a su esposa Servia Tulia y a sus hijos. Descanse en paz.

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