Frutas y verduras, imprescindibles para los niños

<p>Frutas y verduras, imprescindibles para los niños</p>

Las verduras y las frutas se convierten generalmente en las pesadillas de los niños y, por ende, para los mayores, que intentan alimentarles convenientemente a pesar de las protestas y el rechazo. Es frecuente que los padres, cansados, terminen por claudicar, sin embargo, hay fórmulas para tratar de atrapar a los más pequeños en el consumo de estos alimentos que aportan gran cantidad de vitaminas y son esenciales para un feliz desarrollo.

En la mesa también se encuentra buena parte de la educación de los niños. Comer es un acto no solo necesario sino que, además, es fundamental para la salud y el desarrollo; la alimentación en los niños marcará su propio futuro y abrirá un mundo lleno de sensaciones placenteras como es el de degustar de las posibilidades que ofrece el paladar.  

La educación en la mesa
La Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas, en respuesta al bajo consumo

actual de hortalizas y frutas, recomienda la ingesta de dichos alimentos hasta alcanzar al menos la cantidad de 400 gramos diarios.

A los niños hay que enseñarles por imitación. Si ellos ven que sus mayores disfrutan comiendo la fruta y las verduras y, además, les explican sus beneficios y su importancia para la salud y el crecimiento; si les hace partícipes en las tareas de la compra y preparación, puede que los incluya entre sus comidas sin tener que soportar protestas.

Un buen consejo es preparar ensaladas y verduras todos los días, así como exponer un frutero que contenga frutas de diversos colores para que atraigan la atención de los más pequeños.

La Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas, en respuesta al bajo consumo actual de hortalizas y de frutas, recomienda la ingesta de dichos alimentos hasta alcanzar al menos la cantidad de 400 gramos diarios. Como no es tarea fácil, señala que pueden ser incorporados, por ejemplo, algo de verdura como ingrediente del primer plato o acompañamiento de los segundos, así como tres piezas de fruta al día.

Las encuestas que se realizan sobre hábitos alimentarios entre niños y adolescentes pone de manifiesto que el consumo de frutas y verduras en este espectro de la población es insuficiente. Sin embargo, es sabido que frutas y verduras son una fuente notable de variedad de vitaminas, minerales, agua, fibra y antioxidantes.

Fuentes de beneficios para la salud
Su consumo es importante porque ayuda a reducir el riesgo de enfermedades como estreñimiento, hipertensión, exceso de colesterol e incluso ciertos tipos de cáncer.

El alto contenido de agua de las frutas y verduras  facilita la eliminación de toxinas de nuestro organismo, ayudándolo a regenerarse y mantenernos bien hidratados.

Se recomiendan sobre todo las frutas ricas en contenido de vitamina C como son cítricos, kiwi, melón, fresas o frutas tropicales. Además por ser ricas en fibras ayudan a regular la función intestinal, corregir el estreñimiento y prevenir trastornos como la hipercolesterolemia, diabetes, obesidad, etc.. En las frutas hay que tener en cuenta que el mayor contenido en fibra se encuentra bajo la piel, por lo que nos es recomendable pelarlas a fondo.

Para conservar las vitaminas de las frutas y verduras lo mejor es comerlas crudas y en el caso de pelarlas hacerlo superficialmente o lavarlas muy bien bajo el agua del grifo. Por su escaso sodio y alto porcentaje de potasio, su ingestión  fuerza al organismo a eliminar el exceso de líquidos, además de las sustancias de deshecho a través de la orina.

Excepto el aguacate, las olivas y el coco, el resto de las frutas y hortalizas apenas contienen grasas, por lo que también pueden ser consideradas saludables.

Cada estación del año tiene sus propias especialidades en frutas y hortalizas. Hay que saber aprovechar cada época para consumir aquellas que sean más apropiadas a cada tiempo. Aunque, en la actualidad, se suele encontrar en el mercado una gran diversidad debido a la importación de aquellas que se producen en otras latitudes donde la época es propicia.

Las frutas pueden convertirse en una auténtica golosina, sin necesidad de añadirles azúcar, al niño se le debe acostumbrar a tomarlas después de las comidas o en la merienda, para que él mismo las considere imprescindibles como un final dulce a los platos anteriores.

Las hortalizas y verduras no solo se deben incluir como comidas principales o bien acompañando platos, también con ellas se puede utilizar la imaginación. Formando parte del relleno de los bocadillos, rodajas de tomate con aceite y jamón; sandwich vegetal con atún. De esta forma acompañada la verdura resulta más apetecible y el niño se irá introduciendo en el mundo de los sabores que ofrece.

Además existe en el mundo culinario infinidad de platos en los que la imaginación ha ganado a la monotonía y se combinan platos salados a base de carnes o pescados con frutas, verduras con mariscos… Todo un mundo de  colores y sabores que proporcionan atracción a la vista del niño y le acerca a un conocimiento gastronómico que además de resultar saludable para su desarrollo, le proporcionará en el futuro una fuente de placer, como es la poder disfrutar de la comida y no temer a experimentar con los sabores. 
EFE/Reportajes

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