Durante todo el año están en un segundo plano. Aunque todos conocen sus beneficios (ricos en calcio, en fibra, buenos para el corazón), los consumen sólo de vez en cuando. Pero cuando el calendario marca diciembre, los frutos secos se transforman y de cenicientos pasan a príncipes de la temporada, pues después de las manzanas, las peras, las uvas y las pasas, éstos son una parada obligatoria en la culinaria navideña.
A continuación, ¡Vivir! comparte con ustedes las ventajas que dan a la dieta y cómo sacarle mejor partido a los frutos secos en esta Navidad.
La macadamia
Las nueces de macadamia pueden consumirse tanto crudas como tostadas o saladas.
Por su delicado sabor, son un aperitivo muy demandado, combinadas con pasta de queso o paté.
Se pueden utilizar como guarnición, para espesar salsas o, tostadas y trituradas, para preparar un tipo de mantequilla.
Las podemos incorporar al curry, a las ensaladas, las verduras, el arroz, las galletas, los pasteles y los helados.
Las avellanas o coquitos
Entre las propiedades o beneficios de las avellanas destaca su aporte de calcio para nuestros huesos.
También poseen un elevado contenido en ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico). Por ello ayudan a reducir el colesterol y disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas.
Contienen cantidades significativas de vitamina E. Son muy energéticas y una buena fuente de fibra.
Las avellanas son buena fuente de calcio para luchar contra la descalcificación y la osteoporosis.
El pistacho
Es el fruto seco con más vitamina A. También es muy rico en aportes minerales como potasio, calcio, fósforo y hierro.
Destaca su contenido en ácido fólico, ya que 100 gramos (3.5 onzas) de pistacho crudo aportan múltiples vitamina B9 (ácido fólico), según estudios sobre este fruto seco.
Su alto nivel proteico es muy importante, pero en exceso, al igual que el maní, pueden ser indigesto.
El pistacho, al ser rico en aceite vegetal, se puede enranciar, así que lo ideal sería conservarlo en frascos de cristal bien cerrados, en un lugar fresco, seco y protegido de la luz.
Otro consejo es comprar pequeñas cantidades y con cáscara, ya que ésta nos garantiza que no han sido tratados con ningún tipo de conservante y que han estado bien protegidos del polvo y de la humedad.
Las almendras
Son fundamentales en la dieta mediterránea, ya que su riqueza en nutrientes como el calcio y ácidos grasos les confieren muchas propiedades.
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Las nueces, símbolo de Navidad
No en vano inspiraron el musical clásico: Cascanueces. Son muy energéticas y ricas en proteínas, vitaminas, minerales y fibra. Las nueces previenen los coágulos, relaja los vasos sanguíneos y reduce la tensión arterial. También es muy útil cuando sufre el síndrome premenstrual por su riqueza en vitamina B6. Recomendable para pieles deshidratadas por su riqueza en ácido linoleico, zinc y vitamina E. Son muy saludables para personas con depresión.