Las medallas olímpicas obtenidas por Gabriel Mercedes (Tae Kwon Do) y Félix Díaz (Boxeo), apenas las número 3 y 4 de la historia de nuestro país en Juegos Olímpicos son medallas de gran valor.

Las mismas no tienen ese valor solo por lo antes señalado, ni por las escasas o ninguna posibilidad de medalla que les daban los pesimistas del patio, ni la falta de pronósticos, entre otras razones, donde verdaderamente adquieren su valor es en el análisis que viene a continuación.

Según dicen los técnicos, estos han sido los Juegos de más nivel en toda la historia olímpica, 87 países de los 204 participantes (récord de participación) ocuparon puestos en el   medallero un 43%, 55 de ellos consiguieron ganar medallas de oro y llegar a lo más alto del podio, cifras insólitas, como también los 43 récords mundiales implantados y los 120 olímpicos. Y eso que la contaminación de Beijing afectaría a la rotura de marcas. Nuestro himno sonó por segunda vez en Juegos Olímpicos, nuestra bandera ondeó por cuarta ocasión. Todas esas razones son suficientes para decir que nos sentimos altamente orgullosos de nuestros atletas criollos, de todos ellos, no solo de los medallistas de oro y plata, también de los quintos lugares de Yudelkis Contreras (Pesas) y Nieves Xue Wu (Tenis de Mesa) y de los que lucharon por llegar al podio pero que no pudieron, en fin, de la delegación dominicana que nos representó en Beijing. La conquista de medallas olímpicas tiene que ver con el apoyo decidido de un gobierno, sin embargo, no refleja las potencialidades del movimiento deportivo dominicano, no es el reflejo, ni enseña la calidad del deporte nuestro, es solo una muestra más de lo que pueden hacer los atletas de este pequeño país en el deporte. Como lo hicieron también cuando salvaron el mayor engaño de nuestra historia democrática, al triunfar en los Juegos Panamericanos del 2003. Hasta ahora no hemos diseñado un programa, a manos de especialistas, que proyecten nuestra posible participación en este máximo evento, solo se habla de que terminó e inició un nuevo ciclo olímpico. Nuestros técnicos nunca se han sentado a diseñar un verdadero programa de desarrollo, o de apertura de escuelas deportivas en cada una de nuestras provincias, nuestros experimentados dirigentes tampoco se lo han exigido. Estos últimos hablan mucho, recuerdo desde que era pequeño (hace tiempo ya), los mismos discursos, el deporte escolar, el deporte de iniciación, la masificación deportiva y no sé cuantos engaños más. Está bueno de hablar, prometer, mentir, beneficiarse del deporte en su detrimento, que de una vez y por todas o por fin. ¡Terminó un ciclo olímpico, es tiempo de planificar! ¡A la dirigencia, Basta  de figurear!