Fuelles de acordeón

Fuelles de acordeón

En el mundo que nos ha tocado vivir los reperperos, atropellos y escándalos, son sucesos habituales; se repiten tanto, que han terminado por consolidarse en “reglas vigentes”. En todos los países podemos encontrar banqueros como el norteamericano Bernard Madoff. Los escándalos financieros abarcan Europa y las tres Américas. Hipotecas, bonos, certificados de inversión, pueden volverse papeles ornamentados sin ningún valor económico. Crisis monetarias, derrumbes bursátiles, han aplastado muchas fortunas antiguas, aparentemente inexpugnables. A los ojos del hombre común la riqueza es algo que sube y baja como las mareas. Los mercados de valores se inflan y desinflan igual que fuelles de acordeón.

Además de los problemas estrictamente monetarios o financieros, entran en juego los gobiernos y las mafias. Manipulaciones de precios, especulaciones de bolsa, devaluaciones “convenientes” al comercio exterior, son algunos de los elementos que intervienen en el ascenso y descenso del dinero. Loterías “acumulativas” se consideran medios mucho más honestos de alcanzar riqueza que un buen número de “actividades productivas formales”. Las bancas de apuestas han proliferado en la RD más allá de todos los pronósticos de los expertos. Riqueza y pobreza son situaciones que suelen ser “pasajeras”. Y para llegar a rico no siempre se necesitan grandes esfuerzos laborales, títulos académicos o inteligencia.

loca999

Leer noticias económicas internacionales, informaciones políticas de Siria, Ucrania o Bosnia-Herzegovina, podría dejarnos sin respiración. Las grandes potencias pugnan, lo mismo en Kiev que en Damasco, mientras la gente sufre toda clase de atropellos. Debemos tragarnos la lengua, tanto por problemas monetarios como por asuntos políticos. Para llenar los pulmones de aire tenemos pocas opciones: mirar el “fútbol” en la TV, jugar un “loto grande”. Escuchar crónicas radiales sobre atracos callejeros volverá a quitarnos el resuello un poco más tarde.

La atmósfera social reinante, según afirman los psiquiatras, favorece los “trastornos de la conducta”. También las afecciones del corazón, dicen los cardiólogos. Nuestros aparatos respiratorios trabajan más que el acordeón de un conjunto típico de merengue. ¿Qué papel juegan las drogas en este escenario? No me refiero a los narcotraficantes ni a los lavadores de dinero sucio; pienso en los consumidores ocasionales de narcóticos, en adictos atrapados. Desdichadamente, las personas comunes y corrientes están condenadas a mantener la lengua afuera.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas