Fuera de agenda

Fuera de agenda

El de la falsificación de medicamentos es un tema cíclico en la agenda de  la opinión pública, y la razón es tan sencilla como evidente: no hemos resuelto  el problema a pesar de sus graves implicaciones  para la salud de la población, y parece que las autoridades “competentes”  no lo van  a resolver nunca. Ayer, por cierto,  volvió a ser noticia, y como era de esperarse no fue buena. Rafael Brito, titular de la Procuraduría Especializada de la Salud,  recordó que se trata de un problema  mundial, pues según la Organización Mundial  de la Salud (OMS) entre el 10 %y el 12% de los medicamentos que se venden en el mercado son falsificados, y reveló que entre los mas adulterados figuran –atención pueblo dominicano– los estimulantes sexuales. “Es importante resaltar –agregó–  que ese 10% y  12% de medicamentos falsificados tiende a incrementarse en países subdesarrollados como la República Dominicana”. Eso quiere decir que estamos, como bien señala el funcionario judicial, ante una actividad criminal –las cosas por su nombre– que es necesario atacar en dos frentes, pues a los medicamentos falsificados que nos llegan desde el exterior hay que agregar la  “capacidad instalada”  local, que simplemente busca  su tajada del millonario negocio. Por tratarse, precisamente, de una actividad que llena tantos bolsillos aquí y más allá de nuestras insulares fronteras es que resulta  tan difícil de combatir con eficacia, pues las complicidades  y colindancias abundan. Y si no que le pregunten a los voceros de la industria farmacéutica nacional, que llevan años reclamando con insistencia, pero sin resultados, que se acabe con  ese infame y criminal comercio. El tema da para mas, de eso no hay dudas, porque mucha gente corre el riesgo de morir como consecuencia de esas falsificaciones, pero la agenda de  la opinión pública luce desbordada por  la cháchara política, el caravaneo   y los candidatos que nos salen hasta en la sopa.

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