POR FÁTIMA ÁLVAREZ
La decoración en los baños ha cambiado de la misma forma que lo ha hecho la del hogar. Los estilos de los baños (por suerte), no son tan cambiantes como los del resto de la casa, pero hay una pieza que con el paso de los años ha ido desapareciendo de los baños y es el bidé.

Anteriormente, el bidé formaba parte de las piezas fijas del baño, por ser considerado la vía más adecuada para realizar la higiene íntima. Pero eso es cosa del pasado. Hoy cada vez menos casas cuentan con esta pieza en su hogar, conscientes del daño que representa para la salud vaginal.

El doctor Domingo Enmanuel Peña Nina, ginecobstetra, señala que el bidé debe desaparecer definitivamente de los baños, debido al daño que crea a la flora vaginal.

«Los bidés se usaban con mucha frecuencia, pero gracias al trabajo de las entidades médicas, han ido desapareciendo de los baños».

«El bidé consta de un chorro que sube a presión, en contra de la fuerza de gravedad, que se colocaba directamente en la vulva de la mujer. Este chorro separa los labios de la vulva, provocando que pueda introducirse a la vagina, creando problemas».

Indica el experto que la fuerza del chorro barre la flora normal de la vagina, constituida básicamente por los bacilos de Doderline, cuya función básica es provocar y mantener un grado de acidez en la vagina que impida el desarrollo de otras bacterias y de hongos.

«Estos hongos y bacterias, dañinos a la salud vaginal, no pueden desarrollarse normalmente debido al grado de acidez natural que tiene la vagina, lo que harían a su antojo si perdieran su hábitat natural».

Agrega que la desaparición de la flora vaginal normal genera una serie de sintomatología molesta para la mujer y favorece el desarrollo de secreciones anormales, dependiendo de los factores causales de mayor importancia, como son los hongos, con secreción blanquecina y mucho prurito; bacterias, cuya secreción puede ser blanca, amarilla o verde y con prurito».

«La magnitud de la secreción estará en relación directa con el proceso infeccioso, pero habitualmente requiere la participación del médico para restaurar la flora perdida y la acidez y contrarrestar las bacterias desarrolladas».

Por estas razones, expresa el doctor Peña Nina, los bidés han caído en desuso, que para nada son provechosos. «Nunca, salvo situaciones muy específicas, debe hacerse el lavado vaginal, porque barre la flora anormal, pero también la normal y protectora.

El doctor Peña Nina tiene su consultorio privado en el Centro de Ginecología y Obstetricia.