Fuga adelante que conduce a ninguna parte

Fuga adelante que conduce a ninguna parte

El gobierno reclama el triunfo de su cumbre. Y la opinión pública, aunque a regañadientes, se lo reconoce.

Centenares de propuestas llueven en las mesas de trabajo. Se refieren a todos los temas, desde los institucionales, políticas sociales, de apoyo a la producción, contra la corrupción, austeridad, presupuesto de los ayuntamientos, políticas migratorias, y muchos otros temas.

Cuando estas propuestas sean consensuadas, se convertirán en propuestas al Ejecutivo para ser ejecutadas. ¡Es lo menos que esperan los sectores que han accedido participar en la cumbre convocada por el Presidente!

Por el momento, este gobierno y su partido, que estaban asediados por una combinación de escándalos de corrupción y narcotráfico, promesas incumplidas, despilfarro de los dineros públicos, creciente inseguridad ciudadana, falta de dinero en las calles, y muchos otros problemas, ha encontrado en la cumbre un mecanismo para ganar tiempo e intentar la recuperación de la credibilidad.

Cuando culmine la cumbre y el eficiente aparato de comunicación articule un final tipo la “princesa encantada”, entonces la situación se tornara más complicada para el gobierno, con una situación económica deteriorándose, como consecuencia de sus propios desaciertos y de la crisis internacional, y múltiples sectores a la expectativa del cumplimiento de los puntos consensuados convertidos en propuestas.

Pero las cosas son todavía más complicadas. Resulta que también está en marcha la otra cumbre; la cumbre alternativa convocada por el Foro Social, que con gran éxito de público y de representatividad, se inauguró el mismo día de la oficial, en la biblioteca de la UASD.

A los organizadores de esta cumbre alternativa le cabe el gran mérito, no sólo de haber conseguido una presencia masiva y cualificada el día inaugural, sino de concebir una metodología de trabajo, que apunta a integrar a las organizaciones y la ciudadanía, en los municipios del país, a discutir democráticamente sus propuestas, en función, no sólo de sus necesidades concretas y sentidas, sino del país con el que sueña cada ciudadano y ciudadana.

Tarea difícil, por su gran envergadura y los pocos recursos, pero también porque para que la cumbre alternativa evacue un manifiesto donde la gente se sienta expresada, en función de su participación libre y democrática en cada punto del país, los y las organizadoras, deberán aislar y neutralizar todas las voces y acciones de personas que no saben trabajar en diversidad y asumen la democracia para dañar los procesos de integración de las gentes, repitiendo métodos y formas de hacer la política que siempre nos han llevado a aislarnos del pueblo.

La cumbre alternativa tiene la llave de un salto adelante y promisorio. ¡Ayudemos!

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