Tuve el alto honor de ser invitado al Global Forum on Nicotine junto a científicos de más de 25 países (cardiólogos, internistas, psiquiatras, psicólogos, salubristas, etc.). Este evento europeo fue celebrado en Varsovia, capital de la hermosa Polonia. El tabaco es originario del altiplano andino (Sur América) y se supone que llegó a nuestras playas entre 2,500 y 3,000 años A.C., es decir, que los fumadores son ancestrales y en nuestro caso particular, vemos que nuestros tainos lo usaban en profusión, siendo precisamente los españoles quienes lo llevan al viejo mundo. ¿Cuál es la razón de que yo un neurólogo dominicano que no aprendió nunca a fumar esté presente en un conclave de tan altos vuelos científicos? La respuesta es sencilla: la industria tabaquera mundial está empeñada en hacer un cambio radical de 180 grados en la comercialización del tabaco, cambiando hacia una nicotina sin combustión que, apoyada en la tecnología más moderna, no produzca los daños que se le achacan hoy día al cigarrillo que encendemos, procurando ellos muy éticamente en el simposio, la opinión de los que ejercemos en variados campos de la ciencia médica.
Luego de una escala en Madrid, visitamos la hermosa Ginebra, ciudad en Suiza. Luego de ahí en tren fuimos a Neuchatel, a visitar lo que yo definiría una construcción de ciencia ficción, imponente y moderno edificio de cristal frente al hermoso lago más grande de Suiza. Volviendo a lo anterior, este espacio del Global Forum on Nicotine reúne a un grupo de científicos dedicados a lograr lo más avanzado en el campo “de productos de riesgo reducido con el tabaco”. Nótese que así son llamados los nuevos productos del tabaco. En particular vimos los dispositivos “heat-not-burn”, que solo calientan a muy baja temperatura el tabaco y no lo queman y producen en consecuencia un vapor que contiene mucho menos toxinas que el humo del tradicional cigarrillo.
Como vemos se desprende lo anterior, la industria tabacalera está cambiando hacia el cigarrillo no “quemado”. Esto significa que el tradicional cigarrillo que hoy encendemos, el que aspiramos, que vemos su humo viajar hacia los cielos como si fuera el romántico Gilberto Monroe o la canción del entonces joven Alberto Cortés “un cigarrillo la lluvia y tú”, será en un tiempo cosa del pasado. Se están promoviendo ya dispositivos para fumar que van a originar los mismos efectos de placer que da la nicotina, pero usando un tabaco elaborado para estos equipos en los que no habrá combustión sino un simple “tibiar” el tabaco, pero sin producir el humo ni las cenizas que originan el cigarrillo que hoy conocemos. ¿Qué importancia tiene esto? Sencillamente los riegos de daños al organismo se han demostrado ser menos del 95% de los que produce el cigarrillo actual. Nos fueron presentadas evidencias científicas en el fórum que respaldan lo anterior, por personajes de la talla del Dr. Peter Lee, profesor de Oxford, considerado el epidemiólogo más prestante del mundo, o por el reconocido Profesor Neal Benowitz, de la Universidad de California experto en cardiología y toxicología, entre otros. Sabemos por las experiencias que el tabaco quemado contiene: químicos oxidativos, monóxido de carbono, metales pesados y nicotina. Es por eliminar estas sustancias donde la nueva tecnología tiene sus efectos positivos y es como estos aparatos electrónicos ayudan a evitar estas sustancias que tienen relación con las lesiones que producen.
Visitamos también la majestuosa ciudad de Bolonia, la muy hermosa metrópoli italiana que tiene el segundo casco medieval más grande de Europa, para ver la fabricación del moderno dispositivo para fumar el IQOS, lo más moderno en este campo del tabaco. Es una industria robotizada, donde la tecnología parece ser una película de James Bond y debo reconocer una muy grata experiencia. Lo ideal para la buena salud es no fumar nada, pero si usted desea disfrutar de ese placer, es una decisión racional pasar a usar estos dispositivos que disminuyen los riesgos de un cigarrillo convencional en un 95%. Las atenciones en estas ciudades, la celebración de mi cumpleaños en Polonia y otras bellezas que me impresionaron en el viejo continente las prometo compartir en otro “conversatorio” con mis siempre amables lectores.