Fumar es peor

Fumar es peor

En Apuntes para la Historia de la Medicina en la Isla de Santo Domingo, el Dr. Francisco Eugenio Moscoso Puello extrae de la Historia General y Natural de las Indias, del cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, el siguiente relato: “Usaban los indios desta Isla Española entre otros su vicios uno mui malo, que es tomar unas ahumadas que ellos llaman tabaco, para salir de sentido…; e tomaban el aliento e humo para si una e dos e tres e más veces, quanto lo podían porfiar, hasta que quedaban sin sentido grande espacio, tendidos en tierra, beodos o adormidos de un grave mui pesado sueño… Esta hierva tenían los indios por cosa mui preciada”. Antonio Gutiérrez Escudero, en el libro Historia de la República Dominicana, coordinado por Frank Moya Pons, refiere que el Padre Las Casas cita el uso medicinal de la hoja por parte de españoles para aliviar los dolores del mal de las búas. Informa que Oviedo aseguraba el uso del tabaco por parte de los negros esclavos para quitar el cansancio.

Cinco siglos después el médico norteamericano Graham A. Coldiz nos recuerda que 42 millones de estadounidenses fuman; de ellos, 29% están situados por debajo de la línea de pobreza y tienen poca escolaridad.

El reporte oficial del gobierno de los Estados Unidos totaliza en 480,000 las muertes anuales asociadas al tabaco, lo cual significa que uno de cada cinco fallecimientos son causados por la inhalación del tabaco. Veintiuna enfermedades, entre ellas 12 variedades de cáncer, varios trastornos cardiovasculares, los males obstructivos pulmonares crónicos e infecciones respiratorias, entre otras, tienen su origen en el fumar. En la revista The New England Journal Of Medicine, en su número correspondiente al 12 de febrero de 2015, Brian D. Carter y asociados recogieron las muertes en adultos por encima de los 55 años ocurridas entre los años 2,000-2011.

Las conclusiones derivadas de este análisis estadístico son espeluznantes. Reseñamos algunos de los fallecimientos asociados al fumar: cáncer de mama, cáncer prostático, otras formas raras de neoplasias malignas, la enfermedad cardíaca hipertensiva, la diabetes mellitus, la insuficiencia circulatoria intestinal, las hemorragias gastrointestinales, la pancreatitis aguda, la úlcera péptica, la cirrosis hepática, la falla renal, así como las infecciones sistémicas variadas.

Es decir, a las 21 entidades aceptadas como relacionadas por el uso del tabaco, se agregan otras patologías vinculadas, con lo cual se ensancha el espectro de males hijos del abuso de la nicotina. Si bien nuestros aborígenes dormían plácidamente bajo los efectos narcóticos de la hoja de la Nicotiana tabacum; los negros aplacaban la fatiga del trabajo bajo el embrujo de una humeante bocanada, y los españoles aspiraban el humo encantador para aliviar la dolencia ulcerosa, hoy día se cuentan por millones las personas que mueren por enfermedades relacionadas con el hábito de fumar. Hemos subestimado la morbilidad y la letalidad de este vicio de antaño. Son muchos los ahora condenados a un deceso prematuro que les arrebata décadas de vida.

La promoción y la prevención en la atención primaria en salud es la respuesta para quienes vislumbramos un mundo futuro sin tabaquismo, en donde hombres y mujeres gocen de una existencia larga y sana.

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