Fumar provoca depresión

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EFE.  Reportajes
Fumar ya no es un placer. Fumar se ha convertido en uno de los vicios más prohibidos y peor vistos en la sociedad.

Cada día se descubren más perjuicios generados por el tabaco y, desde hace años, los científicos dedicados a diseccionar los males derivados de la nicotina,  realizan estudios orientados a comprender la relación del tabaco con un mal en aumento: la depresión.

Fumar se ha convertido en la actualidad en un acto casi ilegal y ya son una gran mayoría los países que prohíben hacerlo dentro de locales públicos, incluidos, los de ocio.

Tan amplias y reiterativas han sido las campañas para concienciar a la población de que el tabaco perjudica a la salud, no solo de los fumadores sino también de las personas que les rodean, que fumar ha pasado a ser casi un delito.

Un enfermo en potencia y, además, un agresor de la salud de los demás.

Ya no se puede fumar uno un cigarro para sentir el placer de la nicotina atravesando los pulmones y exhalando el humo por las fosas nasales. Se acabaron las películas en las que fumar era de hombres apuestos e interesantes o mujeres fatales. Ahora, los héroes no fuman y, además, tienen complexión atlética.

La nicotina, una alegría efímera.  La relación entre el tabaquismo y algunos trastornos psiquiátricos parecen cada día más evidentes en las sociedades occidentales. Según estudios realizados, la probabilidad de sufrir una depresión aumenta según el número de cigarros que se consuman al día.

Un estudio publicado en Estados Unidos, en 1998, señalaba que entre adultos jóvenes  el antecedente de depresión mayor incrementaba de forma significativa el riesgo de progresión hacia el tabaquismo diario, mientras que un antecedente de tabaquismo diario incrementaba significativamente  el riesgo de depresión mayor.

Además, los autores de este trabajo concluían que la automedicación de la depresión podría contribuir a la progresión del tabaquismo y que los efectos neurofarmacológicos de la nicotina se podían asociar con la depresión. 

Estudios realizados recientemente en España, donde investigadores de Gran Canaria y de la Universidad de Navarra han colaborado con epidemiólogos de Harvard (Estados Unidos), realizaron durante un seguimiento por un periodo de seis años sobre 8.556 universitarios, con el que constataron lo que otras investigaciones posteriores.

En el estudio se tuvieron en cuenta varios factores como la salud física, el ejercicio y las circunstancias que podían provocar estrés. Entre estos universitarios se evaluó de forma prospectiva la presencia de depresión a partir de un diagnóstico médico o del consumo  de fármacos antidepresivos y se relacionó con el consumo del tabaco. El trabajo les  llevó a la conclusión que fumar podía contribuir directamente en el desarrollo de trastornos del estado de ánimo.

Con el tiempo, los fumadores pueden sufrir la alteración de los niveles cerebrales de serontina, la sustancia química reguladora de las emociones, que se reducen en los casos de las personas con depresión.

 Estos casos de depresión se detectaron a partir un diagnóstico médico o del consumo de fármacos antidepresivos que se relacionaron con la nicotina.

Sin embargo, se ha evaluado que en la tendencia natural a sufrir depresiones existe una mayor tendencia a fumar por factores genéticos o ambientales.

Los efectos ansiolíticos, psicoactivos y euforizantes de la nicotina del tabaco incitan a las personas depresivas a consumirlo.

Lucha

Contra el tabaco

Entre otro de los elementos disuasorios utilizados en esta campaña emprendida por los gobiernos contra el tabaco se encuentra la subida de los precios que en algunos casos llega a ser ya prohibitivo.

El acoso y derribo contra el fumador ha dado buenos resultados en muchos adictos que han determinado abandonar el tabaco para siempre.

Las claves

1.  Trastornos

La relación entre el tabaquismo y algunos trastornos psiquiátricos parecen cada día más evidentes en las sociedades occidentales. Según estudios realizados, la probabilidad de sufrir una depresión aumenta según el número de cigarros que se consuman al día.

 2.  Más razones

 Sentirse acosados y con los bolsillos esquilmados son razones suficientes para que el fumador se deprima, pero hay otras razones por las que el tabaco puede causar depresiones.

Engancharse al tabaco

Los afectados de estrés crónico o los propensos a padecer síntomas depresivos tienden mucho más fácil a engancharse al tabaco. También favorece la tendencia al consumo del tabaco  la relación existente entre la nicotina y el correcto funcionamiento de las tiroides o del sistema nervioso central.

Los expertos apuntan sobre las consecuencias dañinas del tabaco, especialmente relevante en personas con tendencia a la depresión y aconsejan acudir a un médico.

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