Funcionarios complacientes permitieron la exhumación de Horacio Vásquez y esposa

Funcionarios complacientes permitieron la exhumación de Horacio Vásquez y esposa

Quienes colaboran con los supuestos herederos del ex Presidente Horacio Vásquez y de su esposa Trina de Moya, “actúan como cortesanos del ridículo, a través del dinero”, porque “no se puede partir de suposiciones utópicas, lúdicas, ni de conjeturas ante personas que por el perfil psicológico que puede apreciarse, no son más que simples fabuladores”.

La doctora Ilonka Nacidit Perdomo hace la apreciación con sorpresa, escandalizada por la indiferencia de la sociedad y la complacencia de funcionarios que permitieron y facilitaron la exhumación de los restos mortales de la pareja cuando hace apenas un año se levantaron tantas voces para protestar frente al decreto presidencial que disponía el traslado de los despojos.

“Esas voces vinieron del interior del país, de las comunidades Tamboril y de Santiago. Se opusieron el cura párroco de la iglesia San Rafael, Edwin Alonzo; el síndico Francisco Álvarez; el historiador Edwin Espinal Hernández; el abogado Pedro Domínguez Brito, entre otros, alegando que eran una reliquia de Tamboril, que los esposos habían expresado su deseo de permanecer allí y que no se podía proceder contra la voluntad de la comunidad. Lo que sorprende es que en este momento esas voces que se alzaron en contra de una disposición legítima y legal del gobierno central, ahora hagan mutis ante la presente profanación, porque si los restos hubieran estado en el Panteón Nacional no hubiera resultado tan fácil deshonrarlos, exhumándolos en contra del patrimonio y del valor que representan para el orden espiritual de la República Dominicana”, agregó.

Nacidit Perdomo, historiadora, genealogista, laureada escritora, socióloga, filósofa, consideró en el 2003 que también en el Panteón Nacional, donde sólo descansan los restos mortales de cinco dominicanas, debía haber equidad de género y, teniendo en cuenta los méritos y condiciones humanísticas de Abigail Mejía y Trina De Moya, presentó la conveniencia del traslado a la doctora Yadira Henríquez de Sánchez Baret, secretaria de Estado de la Mujer, quien la transmitió al Presidente de la República. El mandatario emitió dos decretos, uno de ellos el número 186-03, del cuatro de marzo, ordenando el traslado, aún pendiente porque la comisión designada al efecto, el gobierno central y la Secretaría de la Mujer entendieron que no debían proceder si no contaban con la anuencia de los sectores que debían dar su opinión favorable, según Ilonka, directora del Centro de Investigaciones de la dependencia oficial.

Sin embargo, la familia De Moya estuvo de acuerdo con la medida. En correspondencia del veintiocho de mayo manifestaba que no había ninguna objeción a que se diera cumplimiento al decreto y agradecía al gobernante “su manifiesta sensibilidad hacia la mujer, al ordenar el traslado de los restos mortales de esta excelsa dama a tan privilegiado lugar”.

“Es de dominio público el deseo expreso de esta ejemplar pareja, de permanecer juntos más allá de la muerte y así ha sido hasta el momento, por lo que queremos dejar aquí plasmada nuestra esperanza de que esto se siga cumpliendo por todos los siglos, trasladando también al Panteón Nacional los restos mortales de su amado esposo, Don Horacio Vásquez”, agregaban los descendientes María Ascensión De Moya viuda Achécar, Antonio de Jesús De Moya, Ramón Martín De Moya Ureña, Ismael Ubaldo De Moya Ureña, Samuel Joaquín De Moya Ureña, Rafael Agustín De Moya Ureña, Manuel De Moya Ureña, Ana Teresa De Moya Ureña de Arias, Silvestre Alba De Moya Ureña y las familias De Moya Inoa, De Moya Polanco, De Moya Pérez, De Moya Cruz y De Moya Rosado.

Pero esta misiva llegó a la Secretaría de la Mujer dos semanas después de escrita y el interés era hacer que el traslado coincidiera con el Día de las Madres o con el mes de abril, significó Ilonka Nacidit Perdomo.

“Esta es la familia que nosotros reconocemos como verdadera”, expresó la funcionaria. “Estos nuevos presuntos descendientes han hecho un atentado al patrimonio histórico, moral y espiritual de la República. Ellos señalan que sus pruebas familiares son un secreto de Estado y yo me pregunto: ¿han sido secretos de Estado los descendientes de Trujillo? En un país medieval como era éste en los años 20, en una ciudad como Santo Domingo donde se podían contar las mil almas que tenía ¿iba a ser un secreto de estado la descendencia ilegítima o natural de Horacio Vásquez?” se preguntó la intelectual.

Añadió que este cuarteto debería tener un legatario, un albacea, un tutor y presentar pruebas de que los tienen. Para ella, los hermanos Reynoso González “han construido una historia fabuladora. Si ellos iban a reclamar debieron tener como legado sus archivos familiares conservados en cajas de seguridad y no venir a presentarse a los archivos a recabar información. No tienen ningún legado de archivo familiar”, afirmó tajante.

Manifestó que estos deben aclarar qué es lo que persiguen y comentó que los cuatro millones y medio de pesos que dicen han gastado en investigaciones, viajes, adquisición de documentos, debieron invertirlos en constituir una Fundación Trina De Moya u Horacio Vásquez “ y presentar los aportes de esas dos personalidades a la historia dominicana”.

La doctora Nacidit expresó que “no puede ser posible que tres generaciones del siglo XX estuvieran confundidas en cuanto a la historia de una primera dama”.

[b]Historia miserable[/b]

“Para mí, esta historia que pretenden presentar estos nuevos descendientes es una historia miserable en toda su dimensión. No podemos admitir esta fábula, la sociedad dominicana debe protestar por este ultraje que se hace a los valores patrimoniales de la nación”, exclamó airada.

Que el síndico de Tamboril, “ni el cura párroco, que ni siquiera sabía en qué parte de la iglesia estaban los restos, no hayan protestado, demuestra que estamos ante el descaro nacional y ante individualidades de intereses económicos. Y hasta el Procurador General de la República, que dice que desconoce la medida, es un descarado”, argumento.

“En este caso se ha demostrado que en la República Dominicana no tenemos conciencia histórica, y si la teníamos, está extraviada, está en un estado sonámbulo. Los funcionarios que han actuado en este penoso acontecimiento han dado una funesta interpretación al espíritu de la ley y deberían ser sometidos a la justicia. Así no se procede ante la reliquia de un ex Presidente y una primera dama. El Estado está por encima de eso”, añadió.

Enfatizó la profesional que “las exposiciones públicas que han hecho esos supuestos descendiente a través de la prensa, carecen de rigor, de equilibrio y de lógica. Quieren construir a la opinión pública una historia irresoluta, siniestra y medievalista. Siniestra porque decir que la primera dama fue una usurpadora es una historia descabellada”.

Aquellos que se opusieron al traslado y que hoy callan, concluyó, “han demostrado su miseria humana y espiritual y no han sabido poner en su justa valoración cívica lo que fue Trina Moya”. Toda la permisividad con que han actuado los Reynoso González trae, para Ilonka Nacidit Perdomo una gran lección: “que a la vista de todos están los corruptibles funcionarios y representantes del Estado, los que desfloran la inmortalidad, los que no engrandecen la idea de lo humano”.

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