Muy buenas noches entidades y señores galardonados, miembros de la Fundación Corripio y Jurado seleccionador de esta nueva edición de Premios Fundación Corripio, amigos todos.
Es para mí un honor el poder dirigirme a todos ustedes en nombre de mi familia y de la Fundación Corripio para felicitar y expresar nuestro gran respeto y admiración a las personas y entidades galardonadas en esta duodécima edición de los premios Fundación Corripio 2018.
Desde el momento en que se me encomendó dirigir unas palabras a los homenajeados en la noche de hoy, fluyeron en mí un sin número de ideas donde el sentimiento de agradecimiento y admiración hacia ustedes estaban en cada intento de redacción, pero sin apenas darme cuenta la palabra que más cautivó mis escritos fue el soñar.
Decidí buscar el significado objetivo de esta palabra conforme a la Real Academia Española, encontrando varias definiciones de las cuales solo citaré dos.
1-) Soñar: Representarse en la fantasía imágenes y sucesos mientras se duerme.
2-) Anhelar persistentemente algo.
Queremos felicitar a nuestros galardonados por haber sido capaces de soñar y luchar incansablemente por alcanzarlo por medio del esfuerzo, trabajo duro, pasión, amor y sobre todo perseverancia.
Lo que verdaderamente queremos esta noche es reconocer el esfuerzo y el sacrificio que este notable grupo de soñadores ha logrado, impactando positivamente a la sociedad dominicana, porque su sueño no solo quedó en una representación de sucesos e imágenes mientras se duerme, pero tampoco en anhelar persistentemente algo. Ellos optaron porque esos anhelos e imágenes de fantasía se convirtieran hoy en una realidad de la cual todos estamos inmensamente agradecidos porque nos dejan la esperanza de que sí es posible ver hechos realidad todos nuestros sueños.
El jurado seleccionador ha realizado una labor encomiable que debemos reconocer. En «Ciencias Neurológicas» estuvo integrado por los doctores Blanca Hernández y Raymundo Jiménez.
El de «Historiografía» por los licenciados Carmen Durán y José Chez Checo; ambos encabezados por don Jorge Tena Reyes, asesor fundador de la Fundación Corripio.
El de «Escultura», por las críticas de arte doña Marianne de Tolentino y Myrna Guerrero Villalona, y el de «Periodismo: Trayectoria profesional», por la socióloga Rosario Espinal y el periodista Juan Bolívar Díaz, ambos dirigidos por don José Alcántara Almánzar, asesor de la fundación. Gracias a todos por su magnífico trabajo de selección, tomando en cuenta parámetros rigurosos y objetivos.
Reconocemos en esta noche a don Freddie Cabral, en la categoría «Escultura» por su sólida formación académica y su entrega total durante cuatro décadas, además de su dedicación a la investigación y la docencia.
A Inés Aizpún en «Periodismo: Trayectoria profesional», por su innovadora y creativa carrera en el periodismo nacional, además de su integridad ética, interesantes aportes al análisis de la realidad social dominicana e internacional, así como su capacidad de síntesis de las ideas.
A José Joaquín Puello, categoría «Ciencias neurológicas». Por su extensa y EJEMPLAR trayectoria profesional, así como en su práctica docente y hospitalaria, logrando llevar sus conocimientos hasta los lugares más recónditos y vulnerables de nuestro país.
A Jaime de Jesús Domínguez, categoría «Historiografía», por su trayectoria académica, así como su labor investigativa y por los aportes a una interpretación crítica y documental de la historia dominicana.
Reconocemos también en los premios Familia Corripio Alonso a La Fundación St. Jude, por su soporte permanente y desinteresado a niños dominicanos afectados por el cáncer, así como apoyo a las familias de estos.
La Sociedad Benéfica Amor y Paz, con sus raíces en Puerto Plata durante 45 años de trabajo ininterrumpido a favor de la niñez desvalida y a ancianos enfermos o desamparados de esa provincia.
Las Escuelas Vocacionales de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, ya que la excelencia de sus programas dirigidos al desarrollo humano, de jóvenes dominicanos y de sus capacidades técnicas que les permitan la inclusión en el mercado laboral.
Soñar, perseverar, luchar sin desmayo en pos de un sueño, con trabajo, pasión, constancia…, todo eso me remonta al sueño que tuvieron mis abuelos, al navegar a tierras lejanas en busca de ese gran sueño llamado América. Aquí en la República Dominicana plantaron sus raíces y empezaron a perseguir sus anhelos. Este sueño hoy sigue vivo y evoluciona y se perfecciona en cada uno de nosotros a través de mis padres, hermanos, hijos y sobrinos que han optado por ser parte y contribuir con el mismo.
Finalmente, deseo agradecer a todos los galardonados por su obra de amor que les ha permitido materializar sus sueños y los de tantas personas porque con su accionar han impactado de manera positiva y,
por consecuencia, cual efecto dominó, a la sociedad dominicana en sentido general.
Atrevámonos a soñar y luchar por estos, sobre todo cuando con esto somos capaces de ayudar a los demás.
Muchas gracias y que Dios les bendiga a todos.