La Fundación Corripio rindió ayer un homenaje al poeta y dramaturgo banilejo Héctor Incháustegui Cabral en ocasión del centenario de su nacimiento en un acto en el que se puso en circulación el libro Testimonios, familiares y reconocidos intelectuales resaltaron su humildad, solidaridad, fe y creatividad.
La actividad se realizó en las instalaciones de la Fundación Corripio y contó con la presencia de su presidente, el empresario José Luis Corripio Estrada; su director ejecutivo Jacinto Gimbernard; los asesores José Tena Reyes y José Alcántara Almánzar, quien condujo el acto.
La actividad transcurrió entre relatos y exposiciones de reconocidos intelectuales y parientes del escritor que nació el 25 de julio de 1912, entre estos de la escritora Jeannette Miller, del crítico de arte Danilo de los Santos; María Isabel Incháustegui, su nuera Atala Santoni viuda Incháustegui y del periodista Adriano Miguel Tejada.
Miller dijo que en sus obras poéticas Incháustegui dimensionaba a los humildes en versiones casi bíblicas, sobre todos los más pobres y despreciados.
Tejada expresó que gran parte de lo que soy se lo debo a los consejos y a las motivaciones de ese hombre singular, llamado justamente poeta sustantivo, que afirmaba que hay un maestro de escuela que no he podido matar en mí.
Isabel Incháustegui, sobrina del poeta refirió la amistad de su tío con el profesor Juan Bosch, a quien habría salvado la vida gracia a una advertencia que le hizo en Cuba.
De los Santos dijo que Incháustegui lo motivó a crecer intelectualmente con visión y sin engreimiento, y Atala Santoni, recordó las veladas que tenían en su casa. Al final José Luis Corripio entregó ejemplares del libro Héctor Incháustegui Cabral. Testimonios.