El “conversatorio” de hoy debe considerarse como “artículo invitado”, en razón de que es el producto del discurso pronunciado la noche de rendición de cuentas por Doña Giralda Busto de Imbert, su Presidenta, ante la membresía de esta Fundación de ayuda contra la adicción.

En razón de que soy uno de los asesores de la institución desde su fundación hace unos 15 años,  he sido testigo de su evolución y crecimiento, y de la entrega de todos los que han hecho viable este proyecto, salvador de vidas y de conciencias. Soy de opinión que el país necesita  más que nunca de esos hombres y mujeres que construyen, suman, auxilian, se dan, son útiles,  son  ellos, los que verdaderamente importan en todas  las sociedades.

Me acerqué a Doña Giralda para hacerle varias preguntas por mis inquietudes relacionadas con la Fundación. Primeramente, le pregunté cómo se abordaba la enfermedad porque algunos han dicho en varias ocasiones que se trata de una enfermedad incurable, progresiva y de efectos fatales; que la misma lleva al adicto a varios caminos funestos tales como: cárceles, hospitales, pabellones siquiátricos y la muerte.

Vemos cómo aumenta la violencia y las muertes por causa de la adicción. Vale aclarar que utilizo el término de “adicción”, porque ella me explicó que ellos no solo atienden a personas con problemas de Drogadicción (consumo de Drogas Ilícitas), sino también a dependientes al alcohol (alcohólicos/as), comida, sexo, gastos compulsivos, a los fármacos y los que más están llegando son personas Ludópatas (adictos al juego) lo cual es algo que ni se menciona. En cada esquina hay una Banca de Apuestas. Son normalmente aceptados los juegos de azar y ni hablar de los Casinos. Su interés se basa en ayudar a estas personas que acuden a la institución; lo demás, se deja a las autoridades competentes, que  puedan hacer algo.

Para mi asombro me contó que recientemente fueron desalojados de la casa que los albergó por casi doce años, por una disposición de la Justicia al descargar a su dueño y, por consiguiente, hubo que devolverle todos sus bienes, entre ellos la casa en cuestión. Me dice que gracias a Dios y al ex  Procurador Fiscal Dr. José Manuel Hernández Peguero, se les asignó una de las viviendas del Sr. Quirino Ernesto Paulino, pudiendo continuar con el Programa de Tratamiento en la actualidad. De lo contrario estarían en la calle, y nadie averiguó ni se interesó por el destino de esta institución. Dentro de su agradecimiento se siente muy preocupada  por la experiencia ya vivida en el pasado reciente, con el temor de que la misma pudiera repetirse sin que a nadie le duela ni haga nada por impedirlo.

Qué pena que seamos tan ingratos e indiferentes ante personas que utilizan su tiempo para generosamente darle un servicio a la sociedad. Eso me hace recordar a los 10 leprosos que Jesús sanó y solo uno regresó para agradecerle. El mundo sigue igual. Pero que no nos toque a nosotros. La adicción, es originada por factores biológicos, psicológicos y sociales que se manifiestan como una enfermedad primaria, progresiva, crónica, sistemática y de consecuencias fatales.

Por tal virtud es necesario intervenir la enfermedad de la adicción, a fin de modificar su curso evolutivo, mediante el ingreso del paciente a un programa de tratamiento que permita  la recuperación del individuo,  evitando que el mismo degenere en un “ente disfuncional”, el cual afecta el sistema familiar  en que interactúa, generando conflictos y problemas,  que por vía de consecuencias repercuten en la seguridad social, la salud y la economía de la nación, causando a su vez el deterioro progresivo de nuestra sociedad. Esta fundación sin fines de lucro bien merece ser apoyada, amerita una casa propia. Por conocer la trayectoria de servicios de la Fundación Fénix, es por eso mi inquietud por su continuidad. Entonces me pregunto,  “olvidada o ignorada”  Y  ¿por qué?