Autoridades penitenciarias impidieron ayer que el presidente de la Fundación de Asistencia Social del Grupo Capell, Jhossan Capel, entregara abanicos, neveras ejecutivas y aires acondicionados a presos de la cárcel de La Victoria.
Alegó que todos los reclusos tienen derecho a ser tratados como los acusados de recibir sobornos de Odebrecht, pero no se le permitió ingresar los enseres.
El empresario cuestionó los privilegios que tienen las autoridades con los detenidos del sonado caso, a quienes se les ha permitido todo tipo de acomodamientos, y no así con los presos “comunes”.
“Buscamos igualar a los presos comunes con los del caso Odebrecht; queremos que se les permita a ellos también disfrutar de comodidades”, dijo Capell.
A su entender, los privilegios con los encartados que guardan prisión por su vinculación a los sobornos que pagó la empresa brasileña a cambio de contratos, es una prueba de que la corrupción tocó la puerta del sistema penitenciario.
“¿Por qué a estos se les permite comodidades y a los demás no?”, cuestionó el empresario.
Mientras los acusados de Odebrecht estuvieron detenidos en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, se les permitió acondicionadores de aires portátiles, neveras ejecutivas, abanicos, muebles de piel y sus propios colchones, así como un espacio especial solo para ellos, y se les permitió la visita en todo horario.
Dice que son las propias autoridades las que han dejado ver el tratamiento especial para los detenidos, entre los que hay exfuncionarios y exlegisladores.
A la fundación se le indicó que para la entrega de las donaciones debía agotar el procedimiento a través de la Dirección General de Prisiones. Pero Capell, insistente, preguntó si por esa misma vía se canalizaron las comodidades de los imputados por el referido caso.