José de Jesús «Papi» Pichardo fue un futbolista de la ciudad de Moca, con cuyos equipos obtuvo numerosos logros, como jugador y entrenador, en diferentes categorías, por las décadas de los años 70 y los 80.
También representó el país en numerosas competencias internacionales como los Juegos Centroamericanos y del Caribe, los Panamericanos y en eliminatorias para mundiales de fútbol y juegos olímpicos. Por sus logros y hazañas, el pasado mes de noviembre fue elevado a la inmortalidad por el Templo de la Fama de Moca.
“Papi” se vio precisado a apelar al exilio económico, radicándose primero en la ciudad de Nueva York, donde regenteó varios negocios, y en esa urbe siguió vinculado al fútbol. Posteriormente emigró a la ciudad de Virginia.
Pero de lo que nunca ha emigrado “Papi” Pichardo es del fútbol mocano. Por todos estos años ha estado dando seguimiento a las actividades futbolísticas de su pueblo, y se ha mantenido ayudando, principalmente el fútbol infantil. Y eso, sin importar los problemas de salud que ha enfrentado.
El pasado mes de junio, junto a varios amigos, creó la Fundación “Papi” Pichado para promover e incentivar la práctica del fútbol entre niños de ambos sexos, a la vez que les proporciona material para sus entrenamientos, y material para su uso didáctico en sus respectivas escuelas y colegios.
En este sentido, entre los meses de noviembre, diciembre y enero, la Fundación Papi Pichardo ha entregado a los niños y niñas gran cantidad de balones, uniformes, botas, tabletas, cuadernos y todo tipo de utilería. Ha sido, a la vez, el Niño Jesús, Santicló y los Reyes Magos para esos niños y niñas.