No es de desconocimiento para nadie que la comunicación es fundamental para el ser humano, llámese individuo, familia o sociedad, y de ella dependen mucho las consecuencias que como fruto de una decisión personal de cada uno, podemos obtener.
Los hijos son en la familia como una planta en la hortaliza que requieren agua, cuidado y mantenimiento.
Ellos crecen y un día se irán por una senda propia, pero es vital que durante los años que vivan con sus padres podamos identificar cuáles son sus fortalezas y debilidades, sus antojos, sus curiosidades y sus gustos.
Muchas veces cometemos el error de enfocarlo en algo que nos gustaría que ellos hicieran o fueran a futuro, o posiblemente algo que uno como padre o madre quiso ser en el pasado y no pudo lograrlo, pero la realidad es que lo más sano para su crecimiento y porvenir es ir detrás de ellos identificando dónde se sienten más feliz, cuál es el área que más le llena de pasión y realización como individuo.
Son muchos los casos que conocemos de personas que durante su infancia y adolescencia no pudieron madurar o lograr consumar lo que realmente deseaba hacer. Por ejemplo: conozco de un caso donde el papá le prohibía al joven estar muy activo en la Iglesia y que debía ser un buen abogado, el hijo por miedo a su padre y con una mala comunicación decide estudiar leyes, años más tarde muere el papá y hoy en día tenemos un sacerdote.
Pero otro caso interesante es de otro joven que se graduó de medicina porque su padre se lo impuso y le decía que la carrera que deseaba hacer no generaría dinero a través de ella, el día que se graduó se acercó a su padre y le dijo: Papá aquí está tu título, complacido? Ahora comienzo a estudiar lo que más me gusta, la música, hoy en día es un músico pianista profesional.
Es interesante analizar estos casos y millones más que pudieran existir, por lo que debemos tomar en cuenta que respetar las decisiones de nuestros hijos le proporcionará una mayor felicidad, pero también una mejor relación familiar y de confianza.
Es imprescindible el acompañamiento emocional de los padres en los proyectos y sueños de los hijos, porque en el camino ellos van a encontrar oportunidades pero también obstáculos, rosas pero también espinas, buenas personas y otras no tan buenas.
Solemos caer en una gran confusión sobre la correcta comunicación entre padres e hijos.
Muchas veces como padres creemos que hablar con los hijos o comunicarse es dar órdenes, exigir, corregir y enseñar lo que hay que hacer. Creemos que haciendo eso estamos cumpliendo con la tarea de ser padres y que nos estamos comunicando con nuestros hijos correctamente.
¡Nuestros tesoros brillan más cuando pulimos la escama que impide su amplitud visual!