Fundecom busca un millón de consumidores dispuestos a pasar de la queja a la acción

Fundecom busca un millón de consumidores dispuestos a pasar de la queja a la acción

POR ISAOLYM MIESES
Con motivo del primer año de promulgada la ley de protección a los derechos del consumidor, sin duda alguna, un recurso novedoso con el que cuenta la sociedad dominicana para regular su tránsito hacia el desarrollo, la Fundación por los Derechos del Consumidor (Fundecom) puso a circular esta ley en un pequeño libro de bolsillo de 238 páginas y lanzó “La campaña del millón”.

Altagracia Paulino, presidenta de la Fundación, dijo en tan importante ocasión que un nuevo marco jurídico que establezca una normativa de las relaciones entre proveedores y consumidores, permitirá que la población sea debidamente informada, educada,  y capaz de participar como proactiva en la toma de decisiones.

Ponderó en ese sentido que la República Dominicana cuente con la ley de protección de los derechos del consumidor:, la 358-05,  aunque la misma no haya sido estrenada.

“Esa ley viene a cambiar, para bien de todos, muchas de las normas que nos han regulado hasta el momento, los controles de precios por la información veraz para que el consumidor pueda tomar decisiones acertadas. Hemos dejado atrás el listado de artículos de primera necesidad protegidos por la Ley 13, para pasar a formar parte del enorme mercado de ofertas de bienes y servicios; pero se hace necesario que tenga vigencia el organismo que regulará esta nueva forma de relación. El Proconsumidor”.

También destacó que como todo lo nuevo crea resistencia, parece que muchos sectores no han entendido la importancia de este instrumento legal.

Con esta ley no se persigue a nadie, sostiene, sólo busca que seamos mejores ciudadanos, más responsables, más institucionales.

“Es por esta razón que desde Fundecom hemos entendido que sólo organizándonos podemos mantener viva la ley y convertirla en un real instrumento de la defensa de los derechos de los consumidores, que somos todos”.

Anunció la campaña de matricular en Fundecom a un millón de dominicanos para que militen por los objetivos de esta ley. Señaló que mientras personas se integran en un movimiento nacional y fuerte se podrá superar el hecho de que esta ley sea un pedazo de papel contenido en una gaceta judicial.

Dijo que “La campaña del millón” es el desafío que corresponde a los consumidores para pasar de la queja a la acción y eso se logra con el consenso de las ideas con miras a un objetivo: “que nos escuchen”.

“Muchas voces hacemos un coro capaz de llevar la melodía hasta el cielo. De eso se trata, que un millón de voces haga cambiar el sentido de nuestras vidas”.

Paulino también cree que “si todas y todos nos unimos y asumimos la ley como un instrumento para una mejor convivencia, esta ley será, sin duda, una vía más para alcanzar el desarrollo humano y sostenible que garantizará la continuidad de las futuras generaciones. Seamos parte del millón, vengan a Fundecom”.

Entiende que sólo un millón de consumidores conscientes y consecuentes podrá hacer cambiar la cultura del engaño por una relación transparente y armoniosa entre proveedores y consumidores de bienes y servicios.

Destacó la importancia de saber que los proveedores y los consumidores son aliados estratégicos y que como tales deben coexistir en una relación distinta a la que se ha tenido hasta el momento.

¿Pero por qué regularla ? 

Porque estas relaciones, desde su origen se han cimentado en lo que hemos definido como la  cultura del engaño, y como los avances nos han colocado en la era de la información y la comunicación, el consumidor debe poseer las informaciones suficientes que les permitan ejercitar el derecho de tomar decisiones acertadas, las cuales provendrán de la transparencia que se ofrezca en la información.

Esta realidad que vivimos en el mundo ha obligado a los Estados a establecer un nuevo ordenamiento jurídico, el cual pasa por incluir leyes de protección a los derechos del consumidor.

¿Por qué una ley?

De acuerdo a Altagracia Paulino, presidenta de la Fundación por los Derechos del Consumidor, en el siglo XXI los ciudadanos se llaman consumidores. Porque en este siglo de las comunicaciones, se ha pasado de la aldea global al mercado global, donde se ejercita el libre comercio. Porque las ofertas del mercado son validadas, no sólo por el gusto de los consumidores y los que ofertan bienes y servicios, sino por una publicidad que a veces se torna abusiva, induciendo al ciudadano a consumir de manera irracional y provocando, incluso, la inversión en los valores.

“Pero no debemos entusiasmarnos tanto y obviar que en el mundo del consumo existe la inequidad. Que de los seis mil millones de personas que habitan el planeta, 1,300 viven por debajo de la línea de la pobreza y, por tanto, no tienen acceso al consumo. Que todavía miles de niños mueren por falta de comida, de agua y de vacunas. Que la industria farmacéutica gasta en publicidad 60 mil millones de dólares anuales más que en investigaciones, todo con el propósito de inducirnos a un consumo irracional de artículos que no necesitábamos antes”.

El tema del consumo es amplio, porque abarca la vida misma. En vista de todos estos elementos que envuelven el consumo, en vista de que el ordenamiento económico mundial se presenta como un gran mercado para todos los consumidores pero sobre todo porque las Naciones Unidas ha entendido que son los consumidores los más débiles en este ordenamiento, todo esto ha estimulado para que cada país se provea de una legislación para regular las relaciones del mercado.

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