POR EVARISTO RUBENS
La Fundación Nacional para el Desarrollo de la Juventud Rural (FUNDEJUR) está ejecutando el proyecto de agroforestería del Este, destinado a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones de las provincias de Hato Mayor y El Seybo, pero en especial las cuencas de los ríos Chavón y Soco.

Este proyecto contempla todo el mejoramiento ambiental, que incluye agua, recursos naturales y el medio ambiente de la zona, en donde se están beneficiando 22 organizaciones campesinas integradas por jóvenes que se están integrando al proceso de comercialización a través de CONACADO.

Al conmemorarse hoy el Día Nacional de la Juventud, FUDEJUR afirmó que este es el proyecto básico para el desarrollo de la juventud de la región Este, el cual se inició el año pasado y concluye en este.

En el 2004, FUNDEJUR no sólo creó esperanza, sino que ha estado financiando la esperanza de la juventud rural dominicana, y en su día saluda a todos los jóvenes, en especial a los que residen en el campo.

Uno de los objetivos principales del proyecto es remodelar la infraestructura productiva del cacao, para lo cual se está sembrando cacao híbrido (hay plantadas 50 mil) y practicando la agroforestería en las plantaciones de ese grano y ya se han sembrado mas de 100 mil plantas frutales (zapote, níspero, aguacate y limón) en toda el área de influencia del proyecto.

También se está mejorando la infraestructura de la zona para el beneficiado del cacao y hay en construcción un secadero modelo, con una inversión de unos RD$14.0 millones.

En el trabajo del secadero, FUNDEJUR cuenta con el apoyo de la Fundación Humanismo y Democracia de España y con el respaldo local de la Confederación Nacional de Cacaocultores Dominicanos (CONACADO) y de la Comisión Nacional de Cacao.

El secadero tiene un área de 7 tareas cubiertas de plástico y va a permitir mejorar la calidad del cacao orgánico que producen esos cacaocultores para la exportación.

Con el apoyo de la Fundación Humanismo y Democracia, FUNDEJUR ha estado involucrada en un proyecto de combate a la pobreza y el año pasado construyó 207 viviendas en comunidades de Jima, en La Vega, y Maimón, en Cotuí.

Ahí hubo una integración total de los beneficiarios que aportaron la mano de obra no calificada para el proceso de construcción y parte de los recursos económicos necesarios para la ejecución del trabajo.

En otro proyecto de apoyo a la juventud para que tenga un techo digno, FUNDEJUR construye 70 viviendas en Angostura, Jimaní, con el respaldo económico del gobierno, a través del Instituto Nacional de la Vivienda (INVI).

Dentro de ese proyecto de desarrollo integral también se va a financiar y apoyar todo el desarrollo de Angostura, incluyendo la rehabilitación de 10 bombas de riego que están dañadas en un proyecto agrario para poner la tierra a producir.

Otro de los proyectos iniciados este año por FUNDEJUR, es el de Formación de los Jóvenes de la presa de Isura, en Azua, y del valle San Juan de la Maguana.

En ese programa se van a capacitar unos 1,500 jóvenes para apoyar el proyecto de Competitividad Agropecuaria que va a ejecutar el gobierno.

FUNDEJUR recordó que todos esos proyectos se realizan con fondos otorgados por la Fundación Humanismo y Democracia, a través de diferentes fuentes de financiamiento español, como la Agencia Española de Cooperación Internacional, el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid, así como con el apoyo local de la Secretaría de Agricultura, el INVI, algunas instituciones privadas y el aporte de los comunitarios.

Indicó además que prácticamente ha financiado todos los egresados del proyecto de Formación de Jóvenes Agricultores (FORJA). A cada egresado, FUNDEJUR le financia el proyecto de su micro empresa.

Algunos de esos jóvenes ejecutan sus microproyectos o microempresas de manera individual, mientras que otros se asocian, buscando mayores beneficios con una producción mas grande.

Unos se dedican a la crianza de animales (ovi-caprinos, cerdos, vacas de leche y novillos de engorde) y otros a cultivos agrícolas (maní, lechosa, sandía y yuca amarga).

La experiencia de FORJA y FUNDEJUR con estos jóvenes es que algunos pensaban que no tendrían oportunidad, pero que han descubeirto que en sus comunidades se puede progresar, por lo que han quedado allí luchando junto a sus familias para lograrun mejor bienestar para todos.