La propuesta del gobierno de fusionar el Ministerio de Educación Superior (Mescyt) con el Ministerio de Educación (Minerd) ha generado críticas por parte de una experta educativa, quien la considera perjudicial para la calidad de la enseñanza.
María Teresa Cabrera, presidenta del partido Frente Amplio y expresidenta de la Asociación Dominicana de Profesores, advirtió que esta fusión pone en riesgo el 4% del presupuesto que se destina actualmente a la educación preuniversitaria.
“Esta es una conquista de 14 años después de que la Ley 66-97 lo contemplara”, señaló Cabrera, quien teme que esta medida sea un intento para redirigir esos fondos.
El gobierno ha defendido la propuesta argumentando que la fusión de ambos ministerios tiene como objetivo optimizar el gasto educativo y mejorar la estrategia en la distribución de recursos.
Sin embargo, Cabrera criticó la falta de prioridad que, según ella, ha tenido la administración en garantizar una formación académica eficiente. “No hubo voluntad política nunca para destinar la inversión requerida para la educación preuniversitaria”, afirmó.
Para la experta, esta fusión busca reducir el presupuesto asignado a la educación preuniversitaria y repartirlo en otras áreas del sistema educativo. “Y yo me pregunto, ¿ya no hay niños y niñas fuera de la escuela?”, reflexionó, destacando que en muchas regiones del país todavía hay infantes de cuatro y cinco años que no tienen acceso a la educación formal.
Cabrera también señaló que el país enfrenta importantes desafíos relacionados con la calidad educativa, los cuales requieren acciones concretas y recursos suficientes. “Entonces, a mí no me puedes decir: es que ya no se necesita el 4% de la educación preuniversitaria”, se cuestionó.
En su análisis, Cabrera recordó que desde 1997, la Constitución dominicana establece que todo niño a partir de los tres años debe tener garantizado un lugar en una institución educativa. Sin embargo, después de 27 años, persiste una brecha del 20% de esos niños que aún no están inscritos en el sistema educativo.
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La experta subrayó las diferencias que surgen entre un infante que comienza su educación a los tres años y otro que ingresa varios años después.
Según Cabrera, esta disparidad crea una fisura social que nunca se cierra.
Los niños que inician a una edad temprana desarrollan habilidades claves como la autonomía, creatividad, y regulación emocional, mientras que los que empiezan más tarde ven afectada su trayectoria académica.
Antes de pensar en reformas como la fusión de estos ministerios, Cabrera insistió en que primero se debería garantizar que el 100% de los niños del país tengan acceso a la educación preuniversitaria.
Además, lamentó que, tras años de lucha por asegurar un financiamiento adecuado para este sector, ahora se contemple una reducción de esos fondos, lo que considera un retroceso en los avances logrados.