A pesar de la extendida creencia de que lo antiguo y lo moderno son conceptos completamente diferentes y opuestos, ambas expresiones pueden mezclarse y lograr un  buen resultado  decorativo.

No se trata de imponer un estilo, sino de valorar los contrastes que existen entre elementos de épocas y culturas muy diferentes, para enriquecer así nuestro espacio.

Mezclar  lo antiguo con lo moderno puede dar como resultado el estilo ecléctico. Por definición, los interiores eclécticos se inspiran en gran variedad de fuentes hasta crear su propio estilo.

Según explica la decoradora de interiores y propietaria de la tienda de antigüedades Il Barocco, Pilar Núñen Morey, la decoración antigua evoca la calidez en el hogar y  es muy posible mezclarla con piezas modernas, siempre que exista asimetría entre ellas.

“Debe existir asimetría, sobre todo en la similitud de colores, lo más importante de todo para mí son los colores, y tratar de no poner a pelear un elemento con otro, o sea lograr armonizar  las piezas.   Los muebles y los objetos tradicionales, con el paso del tiempo, poseen un poderoso atractivo emocional y dan calidez a los ambientes”.

Espacio.  Nada mejor para que un objeto antiguo resalte, que colocarlo aislado. Por ejemplo, en un rincón vacío luciría espectacular una silla de época, eso sí, teniendo cuidado que el tapiz del mueble sea original o en todo caso luzca así. Un reloj de pared del siglo pasado sería protagonista siempre y cuando esté solamente al centro de las   fotografías.

Espejos

Uno de los complementos decorativos antiguos que mejor se pueden integrar a un ambiente actual son los espejos. Estos se consiguen a muy buen precio siendo de mejor calidad que uno moderno de similares medidas y, por supuesto, no podemos dejar de tener en cuenta los cuadros por ser considerados el enlace perfecto entre lo antiguo y la decoración moderna, es una combinación ideal.