En esta ocasión proponemos fusionar la parte correspondiente del Instituto Dominicano de Seguros Sociales en cuanto a su red de atención a los pacientes, llámese policlínicas u hospitales, con la red pública de atención a las personas. Esta fusión debe ser autónoma, descentralizada y con personería jurídica propia, aunque hasta el momento pertenece al Ministerio de Salud Pública en franca violación a la Ley General de Salud y la que creó el Sistema Dominicano de Seguridad Social. La fusión evitaría la duplicidad de puestos y nos permitiría construir una institución más eficiente en cuanto a la calidad de los servicios que ofrecen a la población y en relación a la homogeneidad de sus políticas.
Por otro lado, no hay razón para que la Aseguradora de Riesgos de Salud –ARS- “Salud Segura” compita con el Seguro Nacional de Salud “SENASA”, cuando ambas instituciones públicas captan a los mismos afiliados, duplicando la burocracia y por ende recursos que deben ser invertidos en mejorar la calidad de servicios que ofrecen.
En cuanto a los salarios de los profesionales de la salud del IDSS, el 40 o el 50% lo aporta el Ministerio de Salud y en lo que se refiere al mantenimiento de la Institución, ésta tiene que ser auxiliada por el Gobierno central con doscientos cincuenta millones de pesos.
La ARS Salud Segura, del IDSS, afilia las mismas personas que SENASA que es la principal aseguradora pública. Esta última, además, tiene que pagarle a los centros de salud del IDSS treinta y cinco millones de pesos, los cuales, en caso se dé la fusión, pasarían a nutrir la red pública de salud.
Debemos recordar que la Ley 87-01 otorgó un plazo de cinco años para reformar el IDSS y adaptarlo al nuevo Sistema Nacional de Salud, pero desgraciadamente las leyes en nuestro país son letras muertas y no se respetan, como tampoco hay quienes las hagan respetar.
Es tiempo ya de que el Sistema Nacional de Salud comience a organizarse para ser más eficaz, sobretodo por el escaso presupuesto que maneja. Una manera de organizarlo sería, como ya dijimos, fusionando los centros de atención del IDSS a la red pública autónoma con personería jurídica organizada en los diferentes niveles de atención.
Proponemos, igualmente, modificar algunos hospitales con habitaciones privadas y semiprivadas para aquellos afiliados del nivel contributivo que demanden mejores facilidades habitacionales. Es pertinente recordar que los profesionales de salud son los mismos que trabajan en el sector público y en el privado y, por lo tanto, tienen los mismos conocimientos.
Esta fusión debe contemplar la especialización de algunos hospitales. En Barahona, por ejemplo, compiten el hospital “Dr. Jaime Mota” del Ministerio de Salud con el “Dr. Jaime Sánchez” del IDSS, teniendo éste último un índice de ocupación de alrededor de 15%. El hospital del IDSS de Barahona bien podría especializarse en traumatología para toda la región sur del país y de esta manera, descongestionaría el Darío Contreras de la ciudad capital.
Sostenemos también que si hubiese la necesidad de modificar algunos artículos de las leyes especializadas en estos asuntos, esto debería hacerse previo estudio y recomendación de especialistas en la materia.
Sabemos que demandamos cambios y que éstos podrían provocar cierta resistencia en determinados sectores que podrían verse perjudicados. Así, escuchamos y leemos algunas protestas de sindicalistas que denuncian el desmembramiento del IDSS. Sin embargo, en lo referente a la salud, estos cambios son necesarios para mejorar el funcionamiento de la atención a las personas y, sobretodo, para el fortalecimiento de la seguridad social en las instituciones públicas.