Sin contar con los suficientes recursos logísticos para mantener un club de fútbol, hace 20 años George de León, preocupado por la cantidad de niños que se perdían en los vicios y la delincuencia, fundó Los Leones de Alma Rosa.

Su interés de llevar el deporte a niños y adolescentes de barrios marginados, con problemas familiares y sin ningún tipo de apoyo, ha dejado sus frutos. Este año el club se coronó campeón del Torneo de la Copa Santo Domingo en las categorías de 17, 13 y de 9 a 11 años, y algunos jugadores han obtenido becas para estudiar en colegios y universidades.

El profesor de fútbol español Serafín Veloz, quien desde ayer entrena a los deportistas en el campo de fútbol del Parque del Este, asegura que practicar un deporte genera mucha disciplina y eso impacta la vida de niños que no tienen una orientación y podrían incurrir en malos pasos. Edwin Simó, un adolescente de 17 años que concluye su bachillerato en el Colegio Santa Teresita, fruto de una beca que obtuvo por sus destrezas deportivas, afirma que gracias al fútbol se trazó metas y se esfuerza por ser un ejemplo para los demás jóvenes de su barrio “que están en otra cosa” . Luis Santiago, de 8 años, señaló que desde los cuatro años tiene “pasión por el fútbol”. Con seguridad afirmó: “El fútbol me ha convertido en un niño disciplinado, obediente y me enseñó a tener más compañerismo”.