Jasmin Figueroa contribuye al desarrollo de nuevos productos para Johnson and Johnson, compró una casa en 2012 y participó el año pasado en el certamen Miss New Jersey USA. También es hispana.

Figueroa, que tiene 26 años, representa las posibilidades económicas que podrían desarrollarse conforme los Estados Unidos hacen en los próximos 30 años una transición hacia un país de minorías mayoritarias. En momentos en que a países como Japón y Alemania les cuesta abordar el tema del envejecimiento de la población, en los Estados Unidos una mayor heterogeneidad impulsa las perspectivas del mercado laboral y el crecimiento.

“Es por completo beneficioso para el país convertirse en un medio de ese tipo. Lo enriquece todo”, dijo Figueroa, que vive en Franklin Park, Nueva Jersey, unos 68 kilómetros (42 millas) al sudoeste de la ciuda d de Nueva York. Atribuye su éxito a los valores que le inculcaron su padre, un neoyorquino de ascendencia portorriqueña, y su madre, que nació en Guyana.

La transición demográfica en proceso significa que cada vez es más importante asegurar que las minorías, que están rezagadas respecto de los blancos en estadísticas desde graduación de la escuela secundaria hasta patrimonio familiar, tengan las habilidades necesarias para prosperar, según investigadores como William Frey, un especialista en demografía de la Brookings Institution en Washington. Un fracaso en ese punto pondría a los Estados Unidos en una situación precaria, dijo.

“En esos jóvenes tenemos un recurso enorme y valioso. Tan sólo tenemos que asegurarnos de que van a estar preparados”, dijo Frey. De lo contrario, “pagaremos un precio muy elevado en el futuro porque tendríamos personas que no estarían en condiciones de cubrir los puestos que les proporcionarían un ingreso de clase media, algo que sin duda necesitamos”.

Minoría mayoritaria. Valiéndose de los últimos cálculos de la Oficina de Censo difundidos en diciembre, Frey estima que los blancos constituirán el 49,7% de la población estadounidense en 2044, mientras que representaban el 63% en 2013. Los hispanos conformarán el 25,1%, más que el 17,1% de hace dos años, y también crecerá la proporción de habitantes asiáticos y multirraciales en los Estados Unidos. Los negros, que en 2044 serán el 12,7% de la población, constituyen la única declinación, dado que eran el 13,2% en 2013.

En algunos planos de la vida estadounidense el cambio será aun más rápido, dijo Valerie Wilson, directora del programa sobre raza, etnia y economía del Instituto de Política Económica de Washington.

En lo que respecta a la clase trabajadora, que Wilson define como los estadounidenses que carecen de un título universitario intermedio, la transición se producirá en 2032, dijo. Estar preparados para ese cambio es en extremo importante dada la elevada cantidad de trabajadores mayores que abandona la fuerza laboral, agregó Wilson. La salida de los baby boomers, nacidos entre 1946 y 1964 ha reducido el porcentaje de la población que trabaja o busca empleo al punto más bajo en 37 años y llegó a 62,7%.

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Más educación

A los efectos de que el cambio de población favorezca a los Estados Unidos, es necesario instrumentar iniciativas que aborden las disparidades de bienestar entre razas, dijo Frey, de Brookings. Eso significa aumentar la inversión en escuelas y crear vínculos más fuertes entre el aula y la fuerza laboral en el caso de las minorías. Alrededor del 76% de los hispanos y el 68% de los negros completó sus estudios secundarios a tiempo y obtuvo su diploma en el año escolar 2011-2012.

Retiro blancos

Casi el 85% de los estadounidenses de 65 años o más se identificaron como blancos en el censo de 2010, lo que significa que muchas de las vacantes que se abren con su retiro deberán cubrirse con la creciente cantidad de jóvenes pertenecientes a minorías.

“Tenemos que asegurarnos de que esa población está preparada y capacitada para cubrir esos puestos”, manifestó Valerie Wilson.

Así como con el tiempo las minorías constituirán el grueso de la fuerza laboral estadounidense, también conformarán la mayor parte de los consumidores, dijo Paul Taylor, investigador del Pew Research Center en Washington. En momentos en que el gasto familiar representa casi el 70% de la economía, él análisis de la forma en que las minorías consumen tendrá cada vez más importancia, dijo Taylor.

Se estima que la suma del poder adquisitivo de las minorías raciales –negros, indios estadounidenses, asiáticos y personas multirraciales- crecerá en los Estados Unidos un 28 por ciento para 2019, a US$2,8 billones, según el Centro Selig para el Crecimiento Económico de la Universidad de Georgia en Athens. Se pronostica que el poder adquisitivo de los hispanos, a quienes se considera una etnia más que un grupo racial, crecerá 32 por ciento, a US$1,7 billones.

Poder adquisitivo

Si bien esos totales quedan eclipsados por la capacidad económica de las familias blancas, cuyo poder adquisitivo se estima llegará a los US$12,9 billones para 2019, dichas cifras representan un incremento de sólo 20 por ciento respecto del año pasado.

Las empresas harían bien en prestar atención al tema, dijo Jeffrey Humphreys, el director del Centro Selig.