Futuro hogar de Letizia y Felipe

Futuro hogar de Letizia y Felipe

Felipe de Borbón no quiere que a su nueva casa se le llame palacio, sino que se conozca como su residencia. Para la construcción del edificio se han seguido criterios medioambientales en toda la construcción y se ha respetado el entorno del Monte del Pardo, con connotaciones de la arquitectura rural castellana: ladrillo visto, madera, teja rústica natural y revoco.

El edificio, que está presidido por un estanque rodeado de flores diseñado por María de Mérida, cuenta con un área destinada a vivienda, otra a funciones representativas y de trabajo, además de la zona de servicio, un área de instalaciones mecánicas, un garaje para ocho vehículos y una piscina próxima a los porches que rodean parte de la casa.

Lo más llamativo es la altura de las puertas, de casi tres metros. A petición de don Felipe, toda la casa es muy luminosa: el sol entra por grandes ventanales de madera que le permiten observar desde la parte de atrás de la casa el impresionante Monte del Pardo.

En la decoración de la residencia, que ha corrido a cargo de Francisco Muñoz y Patricia Sanchís, en estrecho contacto con Felipe de Borbón, se entremezclan con gusto objetos propiedad de Patrimonio Nacional con otros personales que la dan un aire juvenil y acogedor.

[b]Estancias oficiales[/b]

El área dedicada a actividades de representación y de trabajo se compone de un vestíbulo sobre cuyo zaguán ondea el guión con el escudo del Príncipe de Asturias, un amplio salón, una reducida biblioteca, y un despacho, al que se añade un antedespacho y una sala de espera, en total 568 m2.

Tras cruzar el vestíbulo del edificio, que está rematado por artesonado de madera, en sus paredes cuelga un gran tapiz de la Escuela de Bruselas del siglo XVIII y varios cuadros de Patrimonio. En una de las paredes luce una elegante consola, estilo Carlos IV, sobre la que se ha colocado un bello reloj inglés de sobremesa del siglo XVIII.

Desde esta luminosa entrada se accede a un hall del que parte un pasillo a la derecha e izquierda que conduce al despacho de don Felipe, al de su ayudante y a una sala de espera para las visitas, todo ello decorado en un estilo sobrio y funcional.

En el salón oficial principal, pintado en color vainilla, destaca un magnífico retrato del rey Alfonso XIII joven, pintado por Sorolla; en la biblioteca sobre la chimenea luce un retrato de la Reina, obra de Alcaraz; en el comedor oficial, con amplias vistas al jardín, se incluye todo un conjunto de muebles que en otro tiempo pertenecieron a “Villa Giralda”, residencia de los Condes de Barcelona. En la planta baja también existe, frente al porche, una sala de estar comedor, una habitación con aseo y una cocina con “office”.

[b]Los espacios privados están distribuidos en 432 m2 [/b]

En el futuro hogar del príncipe Felipe de Borbón y la periodista Letizia Ortiz, el hall principal parte de una escalera de hierro y madera que conduce a la primera planta, donde se encuentra el dormitorio del Príncipe con dos vestidores y dos cuartos de baño. Además de otros tres dormitorios con dos baños y un aseo y una amplia sala de estar con chimenea y un despacho, todas estas estancias tienen 432 m2.

En el semisótano, de 780 m2, se ha dispuesto una cocina industrial para grandes comidas, cuatro dormitorios con baño, un comedor para empleados, una sala de estar, dos vestidores, varios aseos y zonas de despensa, de lavandería y de recepción de mercancías.

El edificio está rematado con una buhardilla diáfana, donde en un principio se pensó instalar el gimnasio, pero aún no se ha realizado ninguna labor de acondicionamiento. Toda la residencia está rodeada de un jardín, con una piscina con dos zonas, una redonda y otra cuadrada, y un estanque que preside la entrada a la residencia.

La decoración

Para la decoración de los interiores se han escogido diversos colores. Por ejemplo, tonos verdes claros para la biblioteca y el salón, y tonos rojizos para el despacho del Heredero.

En su despacho, don Felipe tiene un retrato de su padre vestido de manera informal, un grabado de Chillida, un cuadro de Rafael Canogar y un mapa histórico de España. Sobre la mesa de su despacho, que es la que ya utilizó don Juan Carlos de joven en el Palacio de la Quintana, se acumulan objetos personales de don Felipe, entre ellos un recuerdo entrañable que se trajo de la isla de Pascua.

La biblioteca se ha decorado con varios sofás y una mesa tapizada con capitoné, además de un equipo de música y varias estanterías con obras de economía, un ejemplar de “Felipe V”, de Pedro Voltes, “Historia del Derecho Peruano”, de Javier Vargas, varias revistas de estudios taurinos y turísticos y una novela de Pérez Reverte, entre otras. Efe Reportajes.

muebles de herencia

Don Felipe ha querido incorporar a su residencia la mesa y las sillas que heredó de sus abuelos, los Condes de Barcelona, y que éstos utilizaron primero en Villa Giralda, su casa de Estoril (Portugal), y más tarde en la que ocuparon en Madrid, en la urbanización de Puerta de Hierro.

Don Felipe ha participado activamente tanto en las decisiones a pie de obra como en la decoración. “Nunca me he fijado tanto en los picaportes o en los rodapiés de las casas hasta ahora”, comentó don Felipe, poco antes de irse a vivir a esta casa. Ahora, con una nueva inquilina, Letizia Ortiz, el tono de la decoración puede variar. Es cuestión de tiempo.

La casa aún no esta completamente amueblada, en espera de ubicar los numerosos y valiosos regalos de boda que la pareja ha ido recibiendo, entre los que no faltarán vajillas, cuberterías, porcelanas, cristalerías, cuadros y un sinfín de objetos únicos.

Don Felipe de Borbón estrenó oficialmente su nueva residencia con una reunión de trabajo de la Fundación Príncipe de Asturias el día 26 de junio de 2002. La primera aparición juntos del Heredero junto a su prometida, Letizia Ortiz, tras hacerse público su compromiso, fue en los jardines de esta residencia.

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