SAO PAULO (EFE).- La lucha contra la pobreza recibió un nuevo ímpetu en la XI Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo que concluirá mañana, viernes, en Sao Paulo, con la adhesión de España al grupo de países decididos a combatir ese flagelo.

«Tenemos que trasladar a los máximos responsables el desafío de luchar contra la pobreza y el hambre», dijo ayer a EFE el subdirector general de Cooperación con América del Sur de la Agencia Española de Cooperación Internacional, Rafael Soriano Ortiz.

Soriano participó el miércoles en una reunión técnica del informalmente llamado «Grupo de los cinco» (ONU, Brasil, Francia, Chile y España), que analizó los mecanismos para financiar un fondo mundial de combate a la pobreza.

Los integrantes del grupo volverán a reunirse en París a fines de julio próximo para ultimar un documento que será sometido a consideración de los países miembros de la ONU para su posterior aprobación en una sesión especial, el 20 de septiembre en Nueva York, en vísperas de la apertura de la Asamblea General anual del organismo.

La reducción a la mitad en 2015 de la pobreza extrema que afecta a unos 1.300 millones de personas en el mundo fue una de las metas de la Cumbre del Milenio, celebrada en 2000 en Nueva York, pero la idea sólo empezó a tomar forma en enero de este año impulsada por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.

Durante una visita a la sede de la ONU en Ginebra, Lula lanzó la propuesta de crear «una alianza mundial contra el hambre», con el apoyo de los presidentes de Francia, Jacques Chirac, y de Chile, Ricardo Lagos, y del secretario general de la ONU, Kofi Annan.

«Nos sumamos a la iniciativa del presidente Lula de hacer de la lucha contra la pobreza y el hambre uno de los objetivos centrales de la agenda internacional», expresó Soriano.

Anotó que en la cumbre de Guadalajara (México), celebrada el mes pasado, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunió con Lula, a quien le expresó la intención de España de participar activamente en la elaboración del programa de lucha contra la pobreza.

El pasado martes, al intervenir en un debate en la XI Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Lula recordó que Zapatero le había expresado su disposición a sumarse a lo que llamó de «una verdadera coalición» para luchar contra la pobreza y el hambre.

En la reunión del «Grupo de los cinco» se analizaron asuntos como la escasez de recursos para la lucha contra la pobreza y cómo administrar mejor el dinero existente, explicó Soriano.

Una de las opciones examinadas fue la creación de un fondo especial para cumplir los objetivos trazados en la Cumbre del Milenio, agregó.

Según cálculos de la ONU, los recursos disponibles para el combate a la pobreza suman unos 23.000 millones de dólares, y se necesitarían unos 50.000 millones adicionales para reducirla a la mitad hasta 2015, como prevé la Declaración del Milenio.

La mayoría de los miserables del mundo se concentra en Asia meridional, América Latina y el Africa subsahariana, donde 270 de sus 590 millones de habitantes están por debajo de la línea de pobreza extrema, de acuerdo con las distintas agencias de la ONU.

Según Lula, entre las propuestas para aumentar los recursos contra la pobreza está la de crear una tasa para determinadas transacciones financieras, especialmente las oriundas de paraísos fiscales, o un impuesto sobre el comercio de armas.

El problema está, según algunos especialistas, es que es muy difícil rastrear tanto el dinero de los paraísos fiscales, como las armas, pues muchas operaciones se hacen en el mercado negro.

España está entre los países que da más ayuda oficial al desarrollo, para lo cual destinó en 2002 el 0,26 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB), por encima del 0,23 por ciento que aportan los mayores donantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y el compromiso del actual gobierno es duplicar esa ayuda en los próximos cuatro años.