G-8 concluye sin acuerdo sobre OTAN, deuda iraquí

G-8 concluye sin acuerdo sobre OTAN, deuda iraquí

SAVANNAH, EEUU (AFP).- Los dirigentes de los ocho países más ricos del mundo (G8) concluyeron este jueves su cumbre de Sea Island (sureste) sin alcanzar un acuerdo sobre un mayor compromiso de la OTAN en Irak y sin perdonar la mayor parte de la deuda del país árabe.

Pese a la satisfacción expresada en la rueda de prensa final por el presidente estadounidense, George W. Bush, el G8 no alcanzó la unanimidad manifestada el martes en el Consejo de Seguridad de la ONU con la aprobación de la resolución que legitima el traspado del poder en Irak el 30 de junio.

El anfitrión calificó de «muy alentadora» la respuesta ofrecida por sus socios durante la cumbre, de la que dijo que había sido «muy exitosa».

«Encontré un espíritu común con el deseo de que Irak progrese y se convierta en un país de paz», añadió. «La gente entiende lo que está en juego allá. Una democracia en el corazón de Oriente Medio va a ser un cambio importante para esa región», agregó.

El presidente Bush subrayó el deseo común del G8 de que «Irak progrese y se convierta en un país de paz», al tiempo que restó importancia a las discrepancias provocadas por sus propuestas de otorgar un mayor papel a la OTAN en la crisis iraquí y de suprimir la casi totalidad de la deuda del país árabe.

El presidente francés, Jacques Chirac, manifestó su oposición a que la Alianza Atlántica se comprometa en el país árabe. «No creo que sea la vocación de la OTAN intervenir en Irak. Además no pienso que sea ni oportuno ni siquiera que sea algo que se entienda», declaró el mandatario.

El presidente ruso, Vladimir Putin, también se declaró contrario a la idea.

Frente a esa oposición, Bush se vio forzado a precisar qué contribución deseaba de la Alianza Atlántica.

«No espero que se propongan más tropas de la OTAN. Sería irrealista», afirmó. «Lo que sugerimos es que la OTAN pueda ayudar a entrenar» a las fuerzas de seguridad iraquí, precisó.

Además, aseguró que correspondía en cualquier caso al Gobierno interino iraquí solicitar la ayuda de la OTAN. «Los iraquíes garantizarán la seguridad de su propio país», declaró.

El primer ministro, Tony Blair, fiel aliado de Estados Unidos en Irak, se declaró, por su parte, convencido de que el desacuerdo sobre la OTAN «se resolverá».

Respecto a la deuda iraquí, los dirigentes de los ocho países trataron en vano de alcanzar un acuerdo.

Los estadounidenses, a los que Bagdad debe poco dinero, quieren la anulación de entre 80 a 90% de la deuda. Pero los grandes acreedores como Francia y Rusia consideran que Washington se muestra generoso pero con su dinero.

Ni siquiera los dirigentes de los seis países africanos invitados a la cumbre se declararon satisfechos por la propuesta del G8 de extender por dos años la iniciativa de reducción de la deuda de los países más pobres (HIPC por sus siglas en inglés).

El presidente nigeriano Olusegun Obasanjo, uno de los invitados, se mostró decepcionado, al declararse favorable a que la deuda de los países más pobres sea eliminada por completo.

Los ocho dirigentes volverán a reunirse el próximo año Gleneagle, en Escocia, adelantó Blair.

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