G8 aprueba medidas contra armas destrucción masiva

G8 aprueba medidas contra armas destrucción masiva

SEA ISLAND (EEUU) (EFE).- El Grupo de los Ocho (G8) aprobó ayer un plan de acción para combatir la proliferación de armas de destrucción masiva, «la mayor amenaza a la paz y la seguridad mundial junto con el terrorismo».

En una declaración conjunta, los dirigentes de Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia expresan su determinación de «prevenir, contener y revertir la proliferación» en colaboración con otros países.

Los gobernantes se comprometen a congelar durante un año las nuevas transferencias de equipos y tecnología para el enriquecimiento y procesamiento de uranio, con vistas a llegar a un acuerdo más permanente en la próxima cumbre del G8, que se celebrará en el Reino Unido en junio de 2005.

Igualmente, expanden la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación (ISP), que incluirá ahora a todos los miembros del G8 y que tiene como objetivo desmantelar las redes para la proliferación de armamento no convencional.

«Aumentaremos la cooperación para eliminar las redes de proliferación y coordinaremos, en las instancias apropiadas, los esfuerzos para hacer cumplir la ley, incluido el cierre de plantas y laboratorios que las fabriquen ilícitamente y la incautación del dinero que las financia», prometen los dirigentes.

El G8 expandirá también la llamada Asociación Global contra la Proliferación, el programa lanzado hace dos años para eliminar las armas nucleares de los países nacidos de la extinta Unión Soviética y «reciclar» a sus científicos nucleares.

Ahora el programa, dotado con 10.000 millones de dólares que aportará EEUU a lo largo de diez años, y otros 10.000 millones de dólares que desembolsarán el resto de los países asociados, se aplicará también en otras áreas y países, como Irak y Libia.

En su declaración, los líderes del G8 anunciaron que se sumarán como donantes al programa Australia, Bélgica, Dinamarca, Irlanda, Nueva Zelanda, República Checa y Corea del Sur.

El plan también apoya reformas en el seno del Organismo Internacional para la Energía Nuclear (OIEA), entre ellas la creación de un nuevo Comité Especial responsable de los procesos de verificación.

El Grupo de los siete países más desarrollados más Rusia pide también el desmantelamiento «completo, verificable e irreversible» del programa nuclear de Corea del Norte y expresa su apoyo a las conversaciones de Pekín, en las que participan tres Estados miembros -EEUU, Rusia y Japón- junto a las dos Coreas y China.

En el caso de Irán, los Ocho instan al cumplimiento de las obligaciones adquiridas por ese país dentro del Tratado de No Proliferación y de los requerimientos de la OIEA.

La preocupación sobre la venta de tecnología nuclear a grupos terroristas o países que les apoyen ha aumentado después de que saliera a la luz la existencia de una red de transferencia de esta tecnología organizada por el «padre» de la bomba nuclear paquistaní, Abdul Qader Jan.

Los Ocho también se comprometen a medidas en la lucha contra el bioterrorismo, en el ámbito tanto nacional como internacional, para mejorar la capacidad de detección, prevención y respuesta ante posibles ataques de este tipo.

Igualmente, buscarán fortalecer los controles de exportación e importación de fuentes radiactivas que pudieran emplearse para la fabricación de «bombas sucias».

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