Gabinete Bush testifica sobre atentados de 11-S

Gabinete Bush testifica sobre atentados de 11-S

WASHINGTON (AFP).- Funcionarios del gobierno de George W. Bush defendieron vigorosamente este martes sus esfuerzos contra el terrorismo y dijeron que no fueron neligentes en prevenir los atentados del 11 de septiembre de 2001, ante una comisión designada por el Congreso y cuyas conclusiones pueden incidir en la campaña para las presidenciales de noviembre.

«Si mi administración hubiera tenido información sobre los atentados del 11 de septiembre, habríamos actuado», afirmó el presidente George W. Bush en declaraciones a la prensa al término de una reunión de su gobierno en la Casa Blanca.

Bush agregó: «Hemos estado a la caza de Al Qaida desde los atentados y hemos capturado o dado muerte a dos tercios de sus dirigentes», siguió Bush, agregando que «los estamos persiguiendo y seguiremos haciéndolo mientras sea el presidente de Estados Unidos».

La comisión independiente del Congreso que escucha esta semana a varios ministros que sirvieron durante el gobierno del demócrata Bill Clinton (último periodo 1996-2000) y del republicano George E. Bush, luego de 16 meses de recoger testimonios y con un expediente de cerca de dos millones de páginas, parece orientarse a adoptar conclusiones que criticarían en forma severa a las dos últimas administraciones.

Clinton y Bush tendrían que haber usado la fuerza mucho antes contra Al Qaida en lugar de privilegiar las presiones diplomáticas para neutralizarla, dijo el martes la comisión en un informe preliminar.

«Lo que creo es que un conjunto de elementos, de diferente orden, habría permitido evitar (los atentados) del 11 de setiembre», declaró el presidente de la comisión de investigación, un ex gobernador republicano moderado de Nueva Jersey (noreste), Thomas Kean.

Los atentados del 11 de septiembre de 2001, que dejaron cerca de 3.000 muertos, pudieron haberse evitado si los dispositivos estadounidenses de control de la inmigración y de inteligencia hubieran sido más rigurosos, estimó Kean en una entrevista en la cadena de televisión CBS.

Durante su audiencia, el secretario de Estado de Bush, Colin Powell, defendió al presidente estadounidense, criticado por el ex zar de la lucha contra el terrorismo de la Casa Blanca, Richard Clarke.

En un libro aparecido el lunes, Clarke acusa a George W. Bush y sus principales consejeros de haber ignorado las primeras alertas de los atentados y de haber privilegiado la guerra contra Irak en lugar de emplear todas sus fuerzas contra Osama bin Laden.

El presidente, declaró Powell, «decidió muy rápidamente que debíamos ser más agresivos en la búsqueda de terroristas y especialmente Al-Qaida (…) El dijo a principios de la primavera (boreal 2001): ‘Ya estoy harto de los palos a ciegas’. Quería una estrategia global contra Al Qaida: diplomática, militar, judicial, financiera y en materia de inteligencia», agregó el jefe de la diplomacia estadounidense.

Powell aseguró, por el contrario, que la administración Bush quería desde el comienzo «ir más allá de la política de contención, de rechazo, de procesos judiciales y de represalias limitadas por ataques terroristas concretos. Queríamos destruir a Al Qaida».

Poco antes, ante la misma comisión, la ex jefe de la diplomacia, Madeleine Albright, aseguró que el presidente demócrata Bill Clinton y su equipo habían «hecho todo lo que podían para defender al pueblo estadounidense contra los ataques de Al Qaida».

«No puede haber duda sobre el hecho de que la lucha contra la amenaza terrorista era una prioridad número uno para el presidente Clinton y todos sus consejeros en política exterior y para la seguridad nacional», destacó.

Albright recordó que la administración Clinton intervino desde 1997 ante Arabia Saudita, Afganistán durante el régimen de los talibanes y Pakistán, para que Bin Laden fuera entregado a Estados Unidos.

Consultada sobre la ausencia de acción militar contra Al Qaida tras el atentado contra el destructor USS Cole en Yemen en 2000, dijo que «la administración no tenía pruebas definitivas de la implicación de la organización de Bin Laden (en este ataque) cuando dejó el poder».

La comisión escuchó luego al actual jefe del Pentágono Donald Rumsfeld, quien según Richard Clarke, sugirió atacar Irak al día siguiente de los atentados del 11 de setiembre, ya que ofrecía mejores blancos que Afganistán, que albergaba a Bin Laden.

Rumsfeld declaró que los ataques terroristas del 11 de setiembre de 2001 se habrían realizado aunque Osama Bin Laden hubiera sido capturado o muerto antes de los atentados.

«Aunque Bin Laden hubiera sido capturado o muerto en las semanas previas al 11/9, nadie cree que ello habría podido impedir los atentados», afirmó, porque «matarlo no habría eliminado el santuario de Al Qaida en Afganistán», agregó el jefe del Pentágono.

El responsable de Defensa dijo, asimismo, que no tuvo «conocimiento de ninguna información durante los seis meses que precedieron a los ataques que hubiera permitido preverlo».

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