Gabinete de comunicaciones,
un compromiso de Estado

Gabinete de comunicaciones, <BR>un compromiso de Estado

POR DONALD ROWLAND
La creación de los llamados Gabinetes Gubernamentales es una novedad que ha introducido el nuevo gobierno en su interés de establecer una clara diferenciación con gobiernos pasados, incluyendo el propio peledeista que dirigió el país durante el cuatrienio 1996-2000.

Entre estos destaca, el recientemente formado Gabinete de Comunicaciones que debido al diseño de sus obligaciones y responsabilidades deberá constituirse, en términos de imagen pública, en uno de los pilares para el sostenimiento en buenas condiciones de sus relaciones con la prensa y los medios de comunicación en sentido general.

Sin ánimo de que se me pueda calificar como un “Leonelólogo” pienso que la decisión de crear este equipo de trabajo, por lo menos en este campo, responde evidentemente a una clara concepción del Presidente acerca de la importancia que reviste para cualquier gobierno de este tiempo, contar con un recurso eficiente de comunicación estratégica que le suministre los planes necesarios para el mantenimiento de una acción de comunicación pro-activa en las vertientes del mercadeo de su imagen, la publicidad de sus ejecutorias y las relaciones públicas del Estado.

El primer acierto del gobierno en la configuración de esta nueva estructura se refleja en la capacidad, experiencia y profesionalidad de las personas escogidas para dirigir el gabinete, encabezados por el publicista Roberto Rodríguez Marchena, designado “portavoz”o “vocero” de la política informativa oficial de cara a la población y a los distintos públicos con los que normalmente deben interactuar los distintos estamentos del gobierno.

Estas y otras señales, en este su “segundo debut” como estadista, indican que el Presidente Fernández está resuelto a trillar nuevos caminos en procura de evitar la repetición de los errores cometidos en su pasada administración que lo condujeron en esa oportunidad a salir del gobierno con una menguada imagen pública a pesar de ser considerado uno de los maestros más aventajados de la comunicación social.

En refuerzo de esta apreciación el artículo que reproducimos a continuación, publicado en esta columna el 2 de Agosto del 1998, habla por sí mismo:

MAESTRO DE LA COMUNICACIÓN

En la respuesta dada por el señor Presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, a la Pastoral emitida por la alta jerarquía de la Iglesia Católica durante el transcurso de la pasada semana, los más elementales conocedores del uso de sus técnicas aceptan la premisa de que en el esfuerzo por crear, mantener o reforzar una imagen positiva frente a un público específico, lo más inteligente es tratar de sacar de una situación que aparenta ser extremadamente negativa algo positivo que pueda sustentar una posición estratégica que marque un rumbo distinto al que provoca el hecho que da origen a la tendencia contraria.

Esto es lo que ha hecho el Presidente de la República al referirse al documento e inferir que del mismo se desprende un espíritu positivista, por cuanto en el mismo no se hace mención de la corrupción que tradicionalmente había sido motivo de reiterada preocupación en las pastorales difundidas por el Episcopado Dominicano.

Es cierto que en términos de su imagen pública el gobierno del doctor Fernández Reyna ha venido atravesando por situaciones que seguramente habrían sido de grandes preocupaciones e incomodidades para él, profundo conocedor de las técnicas y las artes de la comunicación, debido al evidente manejo inadecuado que muchos de sus colaboradores hacen de una función vital para el buen manejo de un gobierno incuestionablemente democrático como el actual.

Tanto así que la propia Iglesia, en su documento, parece recoger las inquietudes de la población sobre este particular y sugiere la creación del cargo “Vocero del Gobierno” que en su opinión “hace falta para evitar el clima de confusión, intranquilidad y desconfianza que provoca la falta de información”. Aunque en nuestra opinión el problema viene dado más que por la falta de esa información, como producto del suministro de una incoherente, inoportuna e inadecuada información oficial.

A pesar de que no compartimos el criterio de que este sea el único ni el más importante de los muchos problemas que hoy enfrenta el gobierno, hay que aceptar que es el propio gobierno quien le ha dado esta categoría cuando la población tiene la oportunidad de escuchar y ver, a través de los medios de comunicación, los “mea culpa’ de la batería de comunicadores oficiales y no oficiales que no paran mientes en admitir su fracaso en estas funciones, reforzando, sin quererlo tal vez, una imagen de ineficiencia que a veces, por esta razón, pasa de la percepción a una no deseada realidad.

Lo cierto es que este inteligentísimo manejo que ha hecho el doctor Fernández de un expediente tan delicado como el de referencia pudiera marcar un nuevo sendero en cuanto a la táctica y la estrategia que en materia del uso de los recursos de la comunicación deberá adoptar el conjunto de sus colaboradores en la creación de una imagen distinta y más provechosa para los intereses de este gobierno y de su máximo ejecutivo.

—————-

d.rowlan@verizon.net.do

Publicaciones Relacionadas

Más leídas