Gadafi, el  desafiante coronel que ha gobernado Libia por 42 años

Gadafi, el  desafiante coronel que ha gobernado Libia por 42 años

TRÍPOLI
AFP
. El coronel Muamar Gadafi, fiel a su reputación de individuo pugnaz y desafiante, ignoraba los llamados a rendirse de la comunidad internacional y de los rebeldes y se aferraba ayer a lo que le resta de poder tras la entrada de los insurgentes en su feudo de Trípoli. Tras haber gobernado Libia con mano de hierro durante 42 años, el coronel libio está a punto de convertirse en el tercer dirigente árabe derrocado desde el inicio de la «primavera árabe», siguiendo los pasos del tunecino Zine al Abidine Ben Ali y el egipcio Hosni Mubarak. Pero de momento sigue en paradero desconocido, aunque acosado por la rebelión. El Pentágono aseguró que aún se encuentra en Libia.

Perseguido por la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad cometidos en su país desde el inicio de la rebelión el 15 de febrero, el coronel calificó de «ratas» durante todo el conflicto a los rebeldes libios. Gadafi, el más veterano dirigente árabe y africano, nació — según su propia leyenda — en una tienda beduina en el desierto de Sirte en 1942 en una familia de pastores de la tribu de los Gadafa. Recibió una educación religiosa rigurosa y se enroló en el ejército en 1965. El 1 de septiembre de 1969, a la edad de 27 años, lideró el golpe de Estado que depuso, sin derramamiento de sangre, al viejo rey Idris.

En 1977, proclamó la «Jamahiriya», que definió como una «República de Masas» gobernada por medio de comités populares electos, y se atribuyó el título de «Guía de la Revolución».

Su estilo de vida, sus atuendos tradicionales, su manera caprichosa de ejercer el poder en este inmenso y rico país petrolero, poco poblado, resultaron incongruentes e imprevisibles para los occidentales, y también para los árabes.

Con una sahariana caqui, uniforme militar engalanado con dorados, o con «gandura», la túnica de los beduinos, a Gadafi le gustaba recibir en una tienda, en Sirte o en el patio de su residencia-cuartel de Bab el Aziziya, en el centro de Trípoli. Este seductor apreciaba la compañía femenina y con frecuencia se presentaba rodeado de mujeres con uniforme militar, sus «amazonas».

Se alimentaba de forma frugal, sobre todo con leche de camella. Personaje teatral, solía distinguirse por actos y palabras que divertían a la gente, pero también lanzó afrentas contra sus homólogos árabes o elaboró teorías muy personales sobre la historia y los hombres. En una cumbre árabe, en 1988, llevó un guante blanco sólo en la mano derecha y explicó que quería de ese modo evitar estrechar «manos manchadas de sangre». Su Libro Verde, que instituyó la «Jamahiriya», afirma que la democracia no puede crearse desde las urnas: «Las elecciones son una mascarada», afirmó.

Admira Naser, Mao, Stalin, Hitler

Gadafi declaró su admiración por Gamal Abdel Naser, por su nacionalismo panárabe, y varias veces expresó su simpatía por Mao, Stalin y Hitler. Durante décadas, fue acusado de brindar apoyo a grupos terroristas y usar los ingresos petroleros para financiar rebeliones en África y otros continentes. En 1986, escapó a un bombardeo estadounidense en el que murió uno de sus nueve hijos.

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