El centro urbano de Santiago, corazón del Cibao, todavía conserva preciosas residencias señoriales cuyas formaciones estructurales siempre presentan algún detalle singular que las diferencia.
Así encontramos que en la calle Restauración número 105 una residencia republicana de un solo nivel, levantada en un terreno alto, cuya fachada presenta una galería muy curiosa. Tiene dos entradas, una del lado sureste y la otra del nordeste, ambas con una escalinata de cinco peldaños cubiertos por mármol rosado y una corta baranda cuyos bordes de pasamanos tanto al inicio como al final presentan un globo estructural de adorno.
Su loggia o galería exterior presenta, al centro, un balcón con balaústres de cuerpos al medio circulares y cinco columnas de las llamadas compuestas, debido a que son de cuerpos redondos con estrías verticales, unidas por un arco escarzano.
En su alto, la pared presenta el decorado estructural formado por una hilera de molduras verticales paralelas, seguidas, más arriba, por otra ornamentación: un grupo de molduras englobadas formadas en altorrelieve, de las cuales continúan los soportes de un balcón de techo con balaústres normales.
En el borde de su cima puede observar las estructuras de unos tarros redondos cuyos cuerpos circularmente están bordeados por gruesas molduras formando curvas cerradas oblongas y simétricas.
En el interior de esta galería se aprecian cuatro puertas arqueadas, las del medio con persianas.
En el lateral norte de esta vivienda hay una entrada al callejón del patio donde se aprecia un portón arqueado formado por otro arco de medio punto bordeado por triples molduras que encierran otro tragaluz de metal cuyas barras también forman un abanico abierto.
En la parte superior, este portón presenta los bordes laterales con molduras de medias curvas, divididas al medio por una moldura de curva completa.