Analizando los resultados de la encuesta Gallup-Hoy sobre la percepción de corrupción existente en nuestras instituciones gubernamentales, políticas, profesionales, empresariales, religiosas, etc., hay más que motivos para preocupación, y aunque algunos dirigentes o sectores pudieran sentirse más o menos cómodos con el grado de corrupción que la gente les otorga cuando resultaron menores que otros, si vemos los números fríamente, nadie debería tener razones para sentir satisfacción ni orgullo, sino pena, vergüenza y sobre todo preocupación.

Lo que pone al desnudo la percepción de corrupción en el país, es cuando se preguntó si con el paso del tiempo la corrupción aumenta, sigue igual o disminuye en la República Dominicana, pues el 53.3% opinó que aumenta y el 21.3% que sigue igual, o sea, que el 74.6% entiende que vamos de mal en peor. Solo el 23.6% entiende que disminuye. De ahí en adelante todo se derrumba.

En tal virtud, cuando se le preguntó que, si por lo que han visto y oído piensan que en este Gobierno hay más corrupción que antes, la misma, menos, o si no hay corrupción, el 34.8% dice que hay la misma, y el 25.5% que hay más que antes, o sea, que el 60.3% percibe corrupción. Un 38% expresa que hay menos corrupción que antes, y solo un .3% dice que no hay corrupción, lo que debe llevar al Gobierno y específicamente al presidente Medina, a reflexionar, puesto que los esfuerzos personales que realiza, la gente no se los endosa al Gobierno como tal.

Cuando se cuestiona si en el sector privado hay más corrupción, igual o menos que en la administración pública, el 45% entiende que hay menos, pero el 49.6%, o sea, prácticamente la mitad, dice que hay igual o más corrupción.

Sobre los Ingenieros Constructores, solo el 13% opina que no son nada corruptos; a los industriales solo el 14.3% los considera nada corruptos; a los banqueros el 11.3%; los militares el 6.1% los percibe como nada corruptos; a los policías el 3.3%, a los abogados el 9.4%; a los políticos Reformistas el 4.5; a los Perredeístas el 2.5, a los Peledeístas el 2.6 y a los Izquierdistas el 7.1, y como colofón, solo el 31.7% percibe a los Religiosos Católicos como nada corruptos; y a los Evangélicos, el 37.5%.

Eso significa, que entre el 62% y el 97.5% entiende que en esos sectores los hay: muy corruptos, corruptos o poco corruptos, que es igual a decir que hay corrupción, porque en materia moral y ética no hay términos medios, se es o no se es.

Las instituciones gubernamentales, políticas, religiosas, privadas, profesionales, etc., tienen que tomar conciencia y provocar un sacudimiento en la sociedad que haga cambiar esa percepción, porque cuando un pueblo tiene dudas de que parte importante de su cabeza institucional está salpicada por el germen de la corrupción, le pierde la confianza y comienza a irrespetarlo todo, dando pie al surgimiento de situaciones que nadie puede predecir.