La pregunta sobre discriminación hecha en la reciente encuesta Gallup, no permite ser concluyentes sobre el tema, ni puede ser referencia para un análisis o juicio científico al respecto. Pues se trata de una pregunta exploratoria sobre “la percepción que tiene el entrevistado” acerca de si en el país se discrimina a estos o a aquellos; y que debe conducir a estudios más profundos.
No es una medición directa de la actitud discriminatoria o no de los encuestados. Cuando se desea hacer una medición más objetiva de la conducta discriminatoria, se construye una escala, digamos de – 100 a +100, con una batería de, por ejemplo, 10, 20 o 30 preguntas, que cubran todos los aspectos relevantes de dicha conducta, incluyéndose preguntas sobre discriminación negativa, y positiva (favorable); se trata de un fenómeno delicado y complejo.
Las escalas de discriminación deben validarse y estandarizarse para ser comparables con otros estudios y países, mediante procedimientos metodológicos rigurosos. Pues lo que puede ser discriminación, atropello o acoso en una sociedad, en la otra puede ser relativamente intrascendente.
Lo publicado en la referida encuesta, da cuenta de que los dominicanos “perciben” que en el país se discrimina prácticamente a todo el mundo, especialmente al colectivo LGTB, pero también a mujeres, a niños, ancianos, mendigos, haitianos, etcétera.
Lo que más bien mostraría que la supuesta discriminación nos abarca a todos, o sea, a nadie; lo cual impide discriminar abiertamente, o amortigua considerablemente el fenómeno. La discriminación tiene un sentido y efecto social muy particular en un país tan mezclado y diverso. Nadie puede señalar ni despreciar a nadie públicamente, aunque, ciertamente, unos rasgos o perfiles sean más o menos preferidos, aceptados o indeseados que otros, especialmente ser pobre.
La discriminación es particularmente perniciosa cuando se trata de sectores sociales, o de grupos minoritarios. Pero si se discrimina a las mujeres, las esposas, a los hijos, a los ancianos, estamos ante un fenómeno de una naturaleza muy distinta al de la discriminación racial o de minorías tal como lo hemos visto, perplejos e indignados, en las películas acerca de ese fenómeno en otros países.
Los dominicanos somos de tradición y fe cristiana, y la biblia enseña que la homosexualidad es una conducta que daña moral y espiritualmente a los individuos y a los pueblos, pero que se debe evitar el pecado, no maltratar al pecador. La pregunta formulada en la referida encuesta no trata de si la gente discrimina o no a los homosexuales de un sexo o de otro en cuanto individuos. De hecho hay muy pocos casos de acoso, crueldad, criminalidad, o de alguna acción pública o de gentes contra gays y lesbianas
La encuesta muestra la percepción de que se discrimina, de manera especial, a los miembros de una entidad llamada LGBT, es decir, a los activistas o militantes de un movimiento internacional socio-político determinado, con nombre y trayectoria propios, que recientemente ha sido objeto de escándalos en vías públicas, auspiciado por la embajada de Estados Unidos.
Que de continuar, podría aumentar el repudio y la discriminación al activismo gay.